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6 de junio de 2025

Temporada ciclónica 2025: La Niña anticipa una de las temporadas de huracanes más activas de la última década

 Redacción Caribbean News Digital

El fenómeno meteorológico de La Niña está ejerciendo una influencia determinante sobre la temporada de huracanes 2025 en el Atlántico, que, según expertos, podría ser una de las más intensas y activas de los últimos años.

La combinación de este patrón climático con temperaturas oceánicas más cálidas de lo normal crea las condiciones perfectas para un aumento significativo en la formación de tormentas tropicales y huracanes, incluidos varios de categoría mayor.

¿Qué es La Niña y por qué afecta la formación de ciclones?

La Niña es un fenómeno natural que implica el enfriamiento anómalo de las aguas del océano Pacífico ecuatorial central y oriental, lo que provoca alteraciones en la circulación atmosférica global.

En la cuenca del Atlántico, su impacto más directo es la reducción de la cizalladura vertical del viento, un factor que normalmente impide que los sistemas tropicales se desarrollen. Con menos cizalladura, las tormentas tropicales tienen más probabilidades de organizarse, intensificarse y mantenerse activas por más tiempo.

Esta temporada, los modelos climáticos apuntan a una fase de La Niña moderada a fuerte, lo cual, sumado a temperaturas récord en el Atlántico tropical y el mar Caribe, establece un contexto especialmente propicio para el desarrollo de huracanes intensos.

Pronósticos para 2025

De acuerdo con el más reciente informe de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), se espera la formación de entre 17 y 25 ciclones con nombre, de los cuales 8 a 13 podrían convertirse en huracanes, y 4 a 7 alcanzar la categoría de huracán mayor (categoría 3, 4 o 5 en la escala Saffir-Simpson). Estas cifras superan con creces el promedio histórico de la temporada, que es de 14 tormentas con nombre, 7 huracanes y 3 huracanes mayores.

Los meteorólogos advierten que esta temporada presenta altas probabilidades de impactos directos en tierra, especialmente en regiones como el Caribe, América Central, la costa del Golfo de México y el sureste de Estados Unidos.

La Niña en temporadas anteriores

El papel de La Niña como catalizador de temporadas activas está bien documentado. Algunos de los años más destructivos en términos de huracanes han coincidido con la presencia de este fenómeno. Por ejemplo:

En 2005, bajo condiciones similares, se formaron 28 tormentas con nombre, incluyendo el huracán Katrina, que devastó Nueva Orleans, y Wilma, el huracán más intenso registrado en el Atlántico en términos de presión central.

En 2010, otra temporada influenciada por La Niña, se desarrollaron 19 tormentas nombradas y 12 huracanes, incluyendo Igor y Tomas, que causaron grandes daños en el Caribe.

Más recientemente, en 2020, La Niña favoreció una temporada récord con 30 tormentas con nombre, entre ellas Laura y Iota, esta última un catastrófico huracán de categoría 5 que impactó a Centroamérica solo dos semanas después de Eta.

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