Contrario a lo que muchos creen, cuidar la relación de pareja no compite con el bienestar de los hijos; lo fortalece
Laura Ortiz Güichardo Diario
Libre
Sin embargo, no todos comparten esta visión.
Especialmente entre mujeres se mantiene la idea de que los hijos deben ser la
prioridad, pues al fin y al cabo representan un vínculo permanente, a
diferencia de la pareja, que podría no estar mañana.
Estos diferentes puntos de vista generan debate y ponen
sobre la mesa una pregunta clave: ¿qué es lo más saludable para el bienestar
emocional de todos los miembros de la familia?
La respuesta del psicólogo clínico Carlos Javier, de
@lotuscentrointegral, es clara: “Pareja e hijos por naturaleza no compiten por
su lugar, sino que tienen una posición, roles y dinámicas relacionales
diferentes”.
La discusión en torno a quien debe ocupar el primer lugar
dice, surge debido a la complejidad de los lazos familiares y las diversas
perspectivas sobre la función de cada miembro, más que por un conflicto real a
nivel interno.
Según el profesional, esta complejidad responde a
múltiples factores, entre ellos la variedad de modelos familiares, las
necesidades evolutivas de los hijos y ciertas expectativas culturales. “Lo que
la pareja conciba como una buena familia influirá mucho en el ‘proyecto’ de los
hijos y qué lugar ocuparán”, explica.
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Además, señala que la sociedad idealiza la paternidad y
la maternidad hasta el punto de que muchos padres sienten culpa al dedicar
tiempo a su pareja. “Se espera que los padres sacrifiquen todo por sus hijos”,
sostiene.
A esto se suman las dinámicas de apego formadas en la
infancia, que también influyen en cómo los adultos priorizan sus relaciones.
Una persona con apego ansioso puede volcarse en la crianza y relegar a su
pareja, mientras que alguien con apego evitativo podría mantener distancia
afectiva.
También destaca un factor fundamental: la falta de
educación emocional en torno a la vida en pareja después de la llegada de los
hijos.
“Se asume que el amor romántico se transforma en amor
parental, y la pareja pasa a un segundo plano. Pero la realidad es que podemos
incorporar los hijos al proyecto de la pareja y contemplar esos cambios”.
La pareja como base del bienestar infantil
Contrario a lo que muchos creen, cuidar la relación de
pareja no compite con el bienestar de los hijos; lo fortalece. “La dinámica de
la relación y la calidad del vínculo ejercen una influencia profunda y
multifacética en el bienestar emocional de los hijos”, refiere Javier.
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