18 de julio de 2022

Vicks VapoRub: la fascinante historia del "ungüento mágico" que lleva más de un siglo en el mercado.

 El creador del remedio fue un prolífico inventor del siglo XIX.

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Su olor es inigualable. Así lo odies o lo ames, cuando alguien abre un envase, te das cuenta inmediatamente.

Es el Vicks VapoRub, el ungüento que nació hace 129 años y aún la gente lo sigue comprando por sus "poderes curativos".

En muchos países de América Latina, la abuela o bisabuelas siguen utilizándolo para una amplia variedad de dolencias: desde el catarro común y las alergias, hasta las picaduras de insectos, los hongos, la caspa, los labios resecos, y hasta "la pena".

La historia se remonta a fines del siglo XIX, cuando el farmacéutico estadounidense Lunsford Richardson, un prolífico inventor en su época, tuvo una idea genial.

Un prolífico inventor

Nacido en Carolina del Norte en 1854, Richardson estudió latín en el Davidson College, graduándose con honores. Fue profesor durante algunos años, pero no pasó mucho tiempo antes que su devoción por la química terminara cambiando su destino.

En 1880 se fue a trabajar con su cuñado, el doctor Vick. Como él estaba muy ocupado atendiendo pacientes, Richardson se encargó de la preparación de remedios para aliviar los males de la gente.

El origen del producto se remonta a 1890, aunque inicialmente tenía otro nombre.

Fue en aquel entonces cuando el joven Richardson se puso a experimentar distintas recetas para crear el producto que más tarde se convertiría en el famoso Vicks VapoRub.

Una década más tarde, fabricó en su laboratorio una serie de medicinas que vendía bajo el nombre de Remedios Familiares Vick.

Richardson terminó patentando 21 medicamentos, incluyendo pastillas, cremas, aceites y pomadas, para aliviar los síntomas de la gripe, las dolencias del hígado o del estreñimiento.

El "ungüento mágico"

Algunos de los productos se vendieron mejor que otros, pero el más exitoso fue el Vick's Magic Croup Salve para la tos, cuyo origen se remonta a 1890.

"Él tenía un bebé con una tos severa y congestión", le dijo el bisnieto de Richardson, Britt Preyer, al escritor y columnista Jimmy Tomlin.

"Entonces como farmacéutico, comenzó a experimentar con productos mentolados provenientes de Japón y otros ingredientes. Así fue como se le ocurrió este ungüento que realmente funcionaba", un "ungüento mágico".

Los clientes estaban impactados con las bondades de este remedio, que les permitía aliviar las molestias en el pecho y la cabeza, además de la tos. Era parecido a lo que hoy se conoce como antigripales.

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