Representa el punto geográfico intermedio del corredor turístico más importante del sudeste bonaerense. Equidistante de la imponente belleza de las Sierras de la Ventana y de las cálidas playas de los balnearios Marisol y Monte Hermoso, integra su propuesta turística con variedad de ambientes y alternativas. Asimismo, la proximidad con la pujante ciudad de Bahía Blanca -virtual punto de acceso a la Patagonia Argentina-, la sitúa como una interesante opción de escala experimentada por muchos turistas.
Mar, ríos, barrancas, playas, médanos, tierras privilegiadas para la cría de ganado, verdes cultivos de olivares, se funden unos en otros para dar forma al encantador cuadro paisajístico que es el partido de Coronel Dorrego, y con ello a la multifacética propuesta turística que va desde la distensión agradable en contacto con la naturaleza, la vivencia rural, hasta la aventura de desafiar la rugosidad de los terrenos dorreguenses.
Así, en su trayecto limitante, el Río Quequén Salado bordea con su belleza el este del partido de Coronel Dorrego, distinguiéndolo naturalmente del partido de Tres Arroyos, y dotándolo de atractivos convocantes entre cascadas, pesqueros, barrancas y yacimientos fósiles. Desde la ciudad cabecera, pasando por Oriente y llegando con Marisol a la desembocadura del río en el Océano Atlántico, la propuesta se dispara en infinidad de aristas que quedan a elección del visitante.
Al sur del sur de Buenos Aires, Coronel Dorrego conserva la tradición y las costumbres y las comparte con el visitante en reconocidos eventos populares como la Fiesta Provincial de las Llanuras, la Fiesta del Olivo y la Fiesta de las Colectividades, tres fechas anuales establecidas que lo definen como un territorio que valora su idiosincrasia en una memoria siempre presente de su pasado forjado por indios y gauchos.
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