Colaboración de Manolo López
“Cuando Peña
Gómez llamó el pueblo a las calles a defender la democracia, en abril de 1965,
Ulises desapareció por una semana y regresó armado de ametralladora y con una
herida en la frente”.
Ulises Arquímedes Cerón Polanco nació en San Carlos
el 14 de enero de 1938, hijo de Arquímedes Cerón Perdomo y de Rosa Amelia
Polanco González, Ulises creció en un hogar humilde, pero digno. “Éramos pobres
pero con un padre de principios que nos enseñó a compartir lo poco. Era maestro
constructor y ebanista”, cuenta Gladys. Los demás hermanos, Pilar, Alberto
Antonio (Titico), César Augusto y Freddy sufrieron los rigores de la
persecución balaguerista. La madre fue apresada como rehén en interminables
allanamientos, Titico estuvo preso largos años y en más de una ocasión fue
vejado a pleno sol, frente a doña Rosa.
Ulises sufrió desde niño los atropellos del
trujillato: lo enviaban a desyerbar las fincas de los Trujillo junto a presos
comunes, en represalia porque lo descubrían criticando al régimen, y regresaba
a la casa con las manos hinchadas, llenas de ampollas. “Papá recurría a su
primo José Dolores Cerón, que era del Ejército, y éste reaccionaba: “Ulisito
otra vez, ese niño no coge cabeza”. Desarrollado prematuramente, debía cargar
el acta de nacimiento para demostrar su edad, recuerda Gladys, la hermana
preferida del revolucionario que cayó en combate el 12 de enero de 1972. Los
hijos y la viuda del integrante del grupo político “Los Palmeros” residen en el
extranjero.
Gladys, que fue depositaria de sus secretos y
afectos, es también la que conserva cartas, notas, fotos, tarjetas, la ropa
formal y casual que usó el guerrillero e infinidad de testimonios orales que le
han transmitido compañeros de lucha de Cerón. Llora al recordar los trágicos
pasajes y los momentos dolorosos que vivió el hermano, como fue el apresamiento
en Cuba por diferencias con Caamaño, pero se repone y confiesa orgullosa que a
pesar de aquella humillación, su hermano vino decidido a preparar la
resistencia porque su ideal era lograr una sociedad justa.
Nacido en San Carlos el 14 de enero de 1938, hijo de
Arquímedes Cerón Perdomo y de Rosa Amelia Polanco González, Ulises creció en un
hogar humilde, pero digno. “Éramos pobres pero con un padre de principios que
nos enseñó a compartir lo poco. Era maestro constructor y ebanista”, cuenta
Gladys. Los demás hermanos, Pilar, Alberto Antonio (Titico), César Augusto y
Freddy sufrieron los rigores de la persecución balaguerista. La madre fue
apresada como rehén en interminables allanamientos, Titico estuvo preso largos
años y en más de una ocasión fue vejado a pleno sol, frente a doña Rosa.
Afectado por tanto abuso, don Arquímedes sufrió un infarto que le ocasionó la
muerte. “Son heridas que no se cierran, aunque han pasado 35 años”, expresa Gladys.
Ulises Arquímedes formó ese carácter resuelto contra las injusticias quizá
inspirado en la conducta de su padre, que comentaba los atropellos de Trujillo.
El abuelo materno, Domingo Polanco, era horacista “y
Trujillo le quitó la hacienda Caracol, en Bonao”. Por eso, apenas graduado de
bachiller en el liceo Juan Pablo Duarte, Ulises se integró a los jóvenes que se
enfrentaron a los remanentes de la tiranía derribada. Desde Bonao, donde fue a
identificar calieses, lo trajeron preso en un vehículo de los llamados
“Colepato”. En la lucha política fue uno de los fundadores del Partido
Revolucionario Dominicano y luego pasó al 14 de Junio como miembro de Buró
Militar. Estuvo entre los fundadores del sindicato del Ayuntamiento, donde
trabajó, y “cuando Peña Gómez llamó el pueblo a las calles a defender la
democracia, en abril de 1965, Ulises desapareció por una semana y regresó
armado de ametralladora y con una herida en la frente. Estuvo en el bombardeo
del Puente Duarte “y en un comando cercano al cementerio de la Máximo Gómez
entre los que estaban Flavio Suero, Titico, Homero Hernández, Arnulfo Reyes y
un guardia apodado Guandulito que se unió a los constitucionalistas, entre
otros”. Fue miembro del comando de la Sánchez número uno, recuerda Gladys, y se
mantuvo “protegiendo la aduana del Puerto hasta que los americanos la quemaron.
Estuvo en el asalto a la fortaleza Ozama que dirigió
Homero Hernández, y en el que estuvieron también Amaury Germán, Bienvenido Leal
(Chuta),...”. Refiere que su hermano tendió la mano a un militar que se ahogaba
y éste “prefirió hundirse, pensando que lo ejecutarían, eso afectó mucho a
Ulises, que era un gran ser humano”. “De ahí salió afectado de la audición pues
estaba colgado de un tanque, y cuando tiraron sorpresivamente todos cayeron. No
oía casi nada de un oído”, manifiesta. En su viaje de entrenamiento a Cuba le
curaron esta afección y una cojera que le dejó la caída de un tercer piso. Otra
acción en la que participó en esos convulsos días fue en el asalto a la
fortaleza de San Francisco de Macorís por lo que fue apresado y golpeado hasta
romperle un brazo, que le curaron, al mes, en una clínica privada. A los tres
días de dado de alta volvió a la zona constitucionalista. Concluida la
contienda de abril, Ulises continuó la lucha contra la represión balaguerista,
oculto, pues desde que Joaquín Balaguer inició su mandato lo acusaron de un
robo en la Lotería Nacional. Jamás lo encontrarían pues ningún organismo de
seguridad sospecharía cuál era su refugio: una casa justo al frente del Palacio
Nacional.
Después se ocultó en la de un sobrino y “nos mandaba
a buscar, nos abrazaba y besaba, era el querendón de la familia”. Al poco
tiempo, recuerda, se publicó una lista con fotos de unos jóvenes que no podían
entrar ni salir al país. Ulises “estaba tan camuflado que ni mamá lo reconoció.
Cuando salió ese aviso hacía tres días que se había ido, suponemos que a Cuba”.
Ulises casó con Altagracia Bonet, madre de sus hijos María Teresa, Sandra
(nacida en la revolución), y Ulises Arquímedes”, nacido el 10 de enero de 1972.
Los jóvenes Amaury Germán Aristy, Ulises Arquímedes
Cerón Polanco, Virgilio Eugenio Perdomo Pérez y Bienvenido Leal Prandy (La
Chuta) se enfrentaron el 12 de enero de 1972, en el KM 14 de la autopista Las
Américas, a una tropa mixta de más 2,000 guardias y policías , apoyados por
artillería pesada, aérea y naval y comandada por el Contralmirante Marina de
Guerra Ramón Emilio Jiménez, el General E.N. Neit Rafael Nivar Seijas y por el
General Salvador Lluberes Montás, falleciendo bajo el fuego de las autoridades.
(Sic)
Texto tomado de: Historia Dominicana en Gráficas.