Filósofos, deportistas, empresarios, activistas, estudiantes... Seleccionamos a los jóvenes que representan el futuro. Una pequeña muestra de una generación que apuesta por un mundo mejor y genuinamente diverso.
Javier Ambrossi y Javier Calvo
Ibai Llanos
El único hombre que parece caerle bien a toda
España. Empezó́ comentando videojuegos de adolescentes, luego pasó a comentar
partidos de futbol y otros eventos y el año pasado Messi lo escogió́ como
entrevistador en su debut con el Paris Saint-Germain. Ibai roza los nueve
millones de suscriptores en la plataforma de retransmisiones de Amazon Twitch
(puesto ocho del mundo) y su público celebra un relato de superación con el
que es inevitable emocionarse: el adolescente que, ante las penurias económicas
de su familia durante la crisis de 2008, se refugió́ en los videojuegos y que
ahora arrasa gracias a un entusiasmo, un carisma y una espontaneidad que
resultan 100% inspiradores y 0% irritantes. Un vídeo en el que enviaba ánimos
a quienes se disponían a hacer la selectividad fue reproducido por 25 millones
de personas: el doble que el programa más visto en la historia de la televisión
española. Todo indica que Ibai es un chaval con la cabeza bien amueblada:
coherente en sus valores y defensor de la importancia de tributar en España.
Elizabeth Duval
Aunque el término “tertuliano” se diluyó
con la llegada de la telerrealidad, hubo un tiempo en que la televisión
española estaba plagada de intelectuales. Los Paco Umbral, Gustavo Bueno o
Eduardo Punset. Y Elizabeth Duval es, en muchos sentidos, su heredera
espiritual. De su debut mediático, a los 14 años en El intermedio, escribe:
“Yo era una versión cómoda de lo que ser trans significaba. Me aproveché de
ello”. Esta recién licenciada de Filosofía por la Sorbona de París ha publicado
cuatro libros en dos años: el poemario Excepción (Letraversal), las novelas
Reina (Caballo de Troya) y Madrid será́ la tumba (Lengua de Trapo) y el ensayo Después
de lo trans (La Caja Books). El epígrafe de Reina lo firmaban Lacan y Derrida,
pero en una primera versión eran versos de Rosalía y C. Tangana. Su fuerte
presencia mediática la ha alzado como una de las voces más disidentes del
movimiento trans, el feminismo, el colectivo LGTBIQ+ y la lucha obrera. Y en
cada una de esas causas rompe con el canon de pensamiento aceptado.
Inés Hernand
Antes de presentar Gen Playz (el programa de
RTVE que da voz a las nuevas generaciones) y el podcast de actualidad Saldremos
mejores, Inés Hernand hizo de todo. Ha sido jardinera, guía turística,
camarera, secretaria, monitora, dependienta y limpiadora doméstica. Se sacó la
carrera de Derecho gracias a “las becas y los currillos de 30 horas a la
semana” y, tras licenciarse, como estaba cansada de trabajar prácticamente
gratis montó un canal de YouTube en el que resolvía dudas legales con un
lenguaje casual. “La precariedad laboral me llevó a agudizar los sentidos y
buscar en otros campos”, apunta. Desde 2020 Gen Playz analiza el punto de vista
de la Generación Z respecto a temas como la causa LGTBIQ+, la salud mental,
las diversas etnias e ideologías que conviven en España o cómo afectan las
nuevas leyes a los jóvenes. “Hay que hablar de todo. De la insatisfacción
sexual femenina, de cuando se quiebra el sistema. ¿Qué pasa si trabajamos 12
horas diarias? Que nos volvemos cucú́. El camino es que Greta Thunberg no solo
sea un meme, sino que todos cuestionemos el sistema”.
Alejandro Palomo
Dos días después de aprobar la Selectividad,
en plena crisis económica, Alejandro Gómez Palomo se mudó́ a Londres y se puso
a trabajar en un bar de Knightsbridge. Desde la barra estudiaba la ropa de las
señoras bien de la capital británica. El hijo de Norberto, ingeniero, y
Manoli, maestra, creció́ vistiendo a las Barbies primero (imitando diseños de
Saint Laurent y Galliano) y a las amigas de su madre después. Y ha acabado ocupándose
de Beyoncé, Miley Cyrus, Harry Styles, Rosalía o Madonna. Hoy la fluidez de los
géneros es una conversación sociocultural y su firma Palomo Spain lleva desde
2016 contribuyendo a derribar esos tabúes. Sin abandonar el revuelo que formó
ese año cuando puso volantes, lentejuelas, sedas, tules, encajes, bordados,
blusas, plumas, azules bebé y maquillaje a sus chicos, su ropa ha ido
evolucionando hacia una exploración de las estéticas folclórica, taurina y
árabe-andalusí. Porque lo de Spain es una denominación de origen y un gancho
de marketing, pero también es una reclamación de la cultura tradicional
española. Eso de “marca España” puede significar muchas cosas.
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