(Anónimo)
Las comadres murmuraban:
Debieron brotar entonces de su pecho adolorido
Las comadres murmuraban:
Y así fue se puso un negro pañuelo, rompió el santo crucifijo
¡Las comadres murmuraban!
- Yo no lloro el hijo muerto que con dolor he perdido,
Salió hasta la puerta para despedir al
hijo
Allí le tomo la mano, allí le beso la
frente
igual que cuando estaba en la cuna junto a ella cuando niño,
esta frase
le dijo:
"Vas a pelear por la patria, a ver como luchas hijo"
Las comadres murmuraban:
"Tiene el corazón podrido, no se ahoga en mares
de llanto
cuando se ha marchado el hijo."
... Y una tarde, mala tarde, la negra
noticia vino,
vino entre frases cortadas de entredichos sin sentido:
En el
frente murió el hijo.
Debieron brotar entonces de su pecho adolorido
blasfemias, horribles gritos, bárbaras
imprecaciones
y estallar de amores íntimos.
Pero nada, solo su rostro tomo palidez
de cirio,
se contrajeron tanto y tanto sus puños
que un hilo de sangre rodó por
sus manos blancas,
formando un barro rojizo
con el polvo que cubría la tristeza
del camino.
Las comadres murmuraban:
"Tiene el corazón podrido, no se ahoga en mares
de llantos
cuando le han matado al hijo"
Y así fue se puso un negro pañuelo, rompió el santo crucifijo
que de la pared
colgaba y cerró la puerta que se abría ante el camino,
en su soledad, la madre
lloro una lagrima que rodo por su mejilla
y un suspiro hincho aquel pecho
adolorido
¡Las comadres murmuraban!
Ya llora, al fin ha florecido el corazón de la madre,
y la madre al oírlas estas palabras les dijo:
- Yo no lloro el hijo muerto que con dolor he perdido,
lloro y lloro mi impotencia,
lloro y lloro mi destino.
Porque para darle a la patria ya no me quedan mas
hijos.
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