24 de marzo de 2013

Papa Francisco condena “sed de poder” durante misa de ramos


Reivindicó los principios básicos de su pontificado: atención a la juventud, alegría, esperanza y significado de la cruz, es decir del sacrificio.
Ciudad del Vaticano, Italia.- (AFP) El papa argentino Francisco condenó “la sed de poder y la corrupción” durante la homilía de la misa de ramos, en la que anunció su viaje en julio a Brasil para presidir la Jornada Mundial de la Juventud.
Ante miles de personas congregadas en la plaza de San Pedro -cerca de 250,000, según el Vaticano- Francisco confirmó que asistirá del 23 al 28 de julio a la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Río de Janeiro.
“Aguardo con alegría el próximo mes de julio en Río de Janeiro. Los cito en aquella gran ciudad”, dijo el Papa argentino al confirmar el viaje a América Latina y al país con más católicos del mundo.
Vestido con paramentos rojos y portando el báculo, Francisco bendijo los ramos de olivo y presidió la procesión, que del palacio pontificio lo condujo al centro de la enorme explanada. “No seáis nunca, hombres, mujeres tristes. Un cristiano jamás puede serlo”, exhortó el Papa.
En una plaza atestada de jóvenes reivindicó los principios básicos de su pontificado: atención a la juventud, alegría, esperanza y significado de la cruz, es decir del sacrificio.
Al cabo de la misa, que duró dos horas, Francisco se quitó sus paramentos rojos, y vestido con sotana y solideo blancos, se subió a un papamóvil descubierto para circular entre la multitud. Estrechó manos, besó a bebés que le alcanzaban sus guardaespaldas y en ocasiones saludaba a los niños con la señal del pulgar.
Los agentes de seguridad del pontífice corrían en torno del vehículo para recoger a tal o cual bebé. Su jefe, Domenico Giani, siempre tenso, sonrió cuando Francisco le encargó transmitir un mensaje suyo a una mujer en la multitud.
En un momento, Francisco bajó del vehículo, besó a una mujer y conversó brevemente con ella, y otro hombre alargó el brazo para palmearle el hombro, un gesto que hubiera sido imposible durante el pontificado del discreto Benedicto XVI. El pontífice también besó la mano de una anciana que había tendido un brazo hacia él.
Llamado
Al conmemorar la semana de pasión y muerte de Jesús, el Papa recordó que Cristo asumió sobre él los males del mundo para vencerlos.
“Miremos a nuestro alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la humanidad! Guerras, violencias, conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, de poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra la creación”, denunció. “Y nuestros pecados personales: las faltas de amor y de respeto a Dios, al prójimo y a toda la creación”, observó.
Francisco llamó a los católicos a no dejarse vencer “por el mal” y citó al diablo, término casi en desuso y que ha mencionado varias veces desde que fue elegido Papa el pasado 13 de marzo.

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