Reivindicó los
principios básicos de su pontificado: atención a la juventud, alegría,
esperanza y significado de la cruz, es decir del sacrificio.
Ciudad del Vaticano,
Italia.- (AFP) El papa argentino Francisco condenó “la sed de poder y la
corrupción” durante la homilía de la misa de ramos, en la que anunció su viaje
en julio a Brasil para presidir la Jornada Mundial de la Juventud.
Ante miles de personas
congregadas en la plaza de San Pedro -cerca de 250,000, según el Vaticano- Francisco
confirmó que asistirá del 23 al 28 de julio a la Jornada Mundial de la
Juventud, que se celebrará en Río de Janeiro.
“Aguardo con alegría el
próximo mes de julio en Río de Janeiro. Los cito en aquella gran ciudad”, dijo
el Papa argentino al confirmar el viaje a América Latina y al país con más
católicos del mundo.
Vestido con paramentos
rojos y portando el báculo, Francisco bendijo los ramos de olivo y presidió la
procesión, que del palacio pontificio lo condujo al centro de la enorme
explanada. “No seáis nunca, hombres, mujeres tristes. Un cristiano jamás puede
serlo”, exhortó el Papa.
En una plaza atestada
de jóvenes reivindicó los principios básicos de su pontificado: atención a la
juventud, alegría, esperanza y significado de la cruz, es decir del sacrificio.
Al cabo de la misa, que
duró dos horas, Francisco se quitó sus paramentos rojos, y vestido con sotana y
solideo blancos, se subió a un papamóvil descubierto para circular entre la
multitud. Estrechó manos, besó a bebés que le alcanzaban sus guardaespaldas y
en ocasiones saludaba a los niños con la señal del pulgar.
Los agentes de
seguridad del pontífice corrían en torno del vehículo para recoger a tal o cual
bebé. Su jefe, Domenico Giani, siempre tenso, sonrió cuando Francisco le
encargó transmitir un mensaje suyo a una mujer en la multitud.
En un momento,
Francisco bajó del vehículo, besó a una mujer y conversó brevemente con ella, y
otro hombre alargó el brazo para palmearle el hombro, un gesto que hubiera sido
imposible durante el pontificado del discreto Benedicto XVI. El pontífice
también besó la mano de una anciana que había tendido un brazo hacia él.
Llamado
Al conmemorar la semana
de pasión y muerte de Jesús, el Papa recordó que Cristo asumió sobre él los
males del mundo para vencerlos.
“Miremos a nuestro
alrededor: ¡cuántas heridas inflige el mal a la humanidad! Guerras, violencias,
conflictos económicos que se abaten sobre los más débiles, la sed de dinero, de
poder, la corrupción, las divisiones, los crímenes contra la vida humana y contra
la creación”, denunció. “Y nuestros pecados personales: las faltas de amor y de
respeto a Dios, al prójimo y a toda la creación”, observó.
Francisco llamó a los
católicos a no dejarse vencer “por el mal” y citó al diablo, término casi en
desuso y que ha mencionado varias veces desde que fue elegido Papa el pasado 13
de marzo.
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