Por Julia Angélica Mariñez Báez
Siempre andamos buscando la felicidad y ¡oh sorpresa! ella siempre ha estado ahí, junto a nosotros.
Recuerdas tu primer pensamiento, el sabor del primer helado que te comiste,... cierra tus ojos siéntelo... y el olor de tus abuelos cuando te daban cariño.......ahí estaba la felicidad.
Puedes recordar, cuando de niño tu corazón dio el primer salto de amor, los primeros temblores en las rodillas y las maripositas que se arrebolaban en tu estómago... ahí también estaba la felicidad.
Cuando de pequeñito te acostabas en el suelo, mirabas al cielo y en las nubes veías todas tus fantasías con sus personajes hechos realidad... ahí estaba la felicidad.
Y fuiste creciendo, y te regañaron tanto por tu mal comportamiento y al pasar el tiempo, te reíste y diste gracias por aquello, porque gracias a ello has podido hoy ser feliz...
También hay malos recuerdos, como cuando tu novio, tu novia, tu esposo o tu esposa ya no quiso estar más contigo y sentiste que el mundo se te venía abajo, pero con el correr del tiempo te diste cuenta que eso fue lo mejor que pudo haberte pasado, porque gracias a ello maduraste y te valoraste y pudiste encontrar esa persona que estabas esperando en tu vida y que en realidad te quiere y te valora por el hermoso ser que eres... a eso yo le llamo felicidad.
Otras veces, obtenemos los resultados no esperados de una situación, nos sentimos tristes, alicaídos, desesperanzados, pero a medida que pasan los días nos damos cuenta que eso fue lo mejor que nos pudo pasar en ese momento determinado, eso nos hizo fuertes, nos catapultó al éxito de nuestra vida porque aprendimos de ello a ser felices con lo poco o mucho que la vida nos tiene deparado a cada uno de nosotros de una manera individual.
Piensa un minuto y te sorprenderás al descubrir que eso que tanto anhelas, lo tuviste, lo tienes y lo tendrás...eso que llaman "la felicidad".
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