Gonzalo Abascal Clarín | ☕ 7 Minutos
Carlos Bianco,
ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, se negó a que le hicieran
un control de alcoholemia y en su justificación, dijo: "Es un derecho
(negar al control) que te asiste como ciudadano, como ciudadano, eh, no como
ministro".
Bianco, en su
defensa, que tampoco se ajusta a la ley, pretende conquistar la simpatía
general al mostrar que frente al control actuó como un hombre común (el énfasis
en el "eh" funciona como un resaltado de la intención), y no como un
poderoso funcionario.
Apelar a la
condición de ciudadano lo vincula directamente con el presidente Javier Milei,
que al día siguiente de “difundir” la criptomoneda Libra, se defendió con la
misma lógica: "La señalé desde mi cuenta personal (de la red social X),
como ciudadano", le dijo a Jonatan Viale. E insistió: "Mi cuenta es
mi cuenta personal".
Está claro
que la explicación se repite en oficialistas y opositores, según la
oportunidad, evidenciando un infantilismo compartido. Algo así como:
"Cuando me conviene soy funcionario, cuando me conviene soy
ciudadano". A esta altura deben saber que, lejos de exculparlos, el
argumento los "manda preso" por su intrínseca debilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario