Por MICHAEL CASEY
La suspensión de la financiación de Harvard marca la
séptima vez que la administración del presidente Donald Trump ha dado el paso
en una de las universidades más elitistas del país, en un intento por forzar el
cumplimiento de la agenda política de Trump. Seis de las siete escuelas están
en la Ivy League.
Prepara el
escenario para un enfrentamiento entre el gobierno federal y la universidad más
antigua y rica de Estados Unidos. Con una dotación de más de 50.000 millones de
dólares, Harvard es quizás la universidad mejor posicionada para hacer
retroceder la campaña de presión de la administración.
En una carta
enviada a Harvard el viernes, el gobierno de Trump había pedido amplias
reformas gubernamentales y de liderazgo en la universidad, así como cambios en
sus políticas de admisión. También exigió que la universidad audite las
opiniones sobre la diversidad en el campus y deje de reconocer a algunos clubes
estudiantiles.
El gobierno
federal dijo que casi 9.000 millones de dólares en subvenciones y contratos en
total estaban en riesgo si Harvard no cumplía.
El lunes, el
presidente de Harvard, Alan Garber, dijo que la universidad no cederá a las
demandas del gobierno.
"La
Universidad no renunciará a su independencia ni a sus derechos
constitucionales", dijo Garber en una carta a la comunidad de Harvard.
"Ningún gobierno, independientemente del partido que esté en el poder,
debe dictar qué universidades privadas pueden enseñar, a quién pueden admitir y
contratar, y qué áreas de estudio e investigación pueden seguir".
Horas
después, el gobierno congeló miles de millones de dólares en fondos federales
de Harvard.
La primera
universidad en la mira de la administración Trump fue Columbia, que accedió a
las demandas del gobierno bajo la amenaza de miles de millones de dólares en
recortes. La administración también ha pausado los fondos federales para la
Universidad de Pensilvania, Brown, Princeton, Cornell y Northwestern.

No hay comentarios:
Publicar un comentario