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11 de abril de 2025

¿Puede la Inteligencia Artificial tener "buen olfato" y revolucionar el Marketing aromático y olfativo?

 La sinergia entre la emoción humana y la inteligencia algorítmica promete resultados fascinantes

Por Redacción – Puro Marketing

La inteligencia artificial ha irrumpido en una variedad de sectores con el propósito de optimizar procesos, personalizar servicios y ofrecer innovaciones sorprendentes. Uno de los campos en los que su impacto está comenzando a ser palpable es el marketing olfativo, una disciplina que ya ha probado su poder en la creación de experiencias sensoriales inolvidables, pero que, al mismo tiempo, guarda una conexión emocional profunda con los consumidores. A menudo se ha dicho que el perfume es un lenguaje silencioso que habla al corazón, y ahora, con la IA, este lenguaje se está volviendo más preciso, personalizado y, quizás, aún más evocador.

El marketing olfativo, o aromático, se basa en el uso de fragancias para influir en las percepciones y emociones de las personas. Este tipo de marketing se ha utilizado en diversos contextos, desde la creación de ambientes en tiendas físicas hasta la personalización de productos para inducir un comportamiento específico en los consumidores. Las marcas aprovechan las emociones asociadas a los olores para crear experiencias que mejoren la percepción de sus productos o servicios, creando una atmósfera que se queda grabada en la memoria sensorial del consumidor. En este sentido, los aromas pueden evocar sentimientos de tranquilidad, placer o incluso excitación, todo lo cual impacta directamente en el comportamiento de compra.

Pero, ¿qué sucede cuando la inteligencia artificial entra en juego en este campo? En lugar de verse como una amenaza para la autenticidad o la creatividad del perfumista, la IA está siendo utilizada como una herramienta para amplificar las capacidades humanas. La habilidad de la IA para procesar grandes volúmenes de datos a gran velocidad le permite identificar patrones complejos, tendencias de consumo y preferencias personales que podrían escapar al ojo humano. Esto abre la puerta a un marketing olfativo mucho más personalizado, donde los perfumes y aromas no solo son seleccionados por su composición olfativa, sino también por su capacidad para resonar emocionalmente con un público objetivo.

Tal y como señala Sylvain Eyraud, Vicepresidente Global de Marketing y Comunicación de Takasago, desde el 2018, el concepto de Algorithmic Perfumery ha permitido la creación de fragancias personalizadas basadas en las características individuales de cada consumidor, como su personalidad, emociones o incluso el contexto en el que se encuentran. Este tipo de proyectos no solo han permitido a las marcas ofrecer experiencias más cercanas y ajustadas a las necesidades de sus consumidores, sino que también han abierto un nuevo capítulo en la historia de la perfumería. Lo que antes se consideraba un arte estrictamente humano ahora se complementa con el poder de la inteligencia artificial, que puede generar fórmulas, crear nuevos conceptos o incluso modificar los ya existentes, contribuyendo a la creación de productos más innovadores y adaptados al público.

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