Hablamos en exclusiva con Carlos de Habsburgo-Lorena,
bisnieto de Carlos I de Austria y IV de Hungría, último emperador del Imperio
austrohúngaro y entre cuyos antepasados se encuentra la emperatriz Sissi.
Por Nuria Hernández Vanity Fair
“Es un honor y una gran responsabilidad ser bisnieto de
Carlos I de Austria y IV de Hungría. Mis padres y yo hablamos a menudo de
historia, lo que me ha permitido conocer más a fondo el pasado de nuestra
familia. Dicho esto, es imposible memorizar por completo cada detalle de un
legado que abarca más de 1.000 años”, explica Carlos Constantino de
Habsburgo-Lorena (Telki, Hungría, 2004) en una entrevista exclusiva. El joven
lleva unos meses viviendo en Madrid, donde estudia Relaciones Internacionales
en la Universidad Europea, pero creció en una granja rodeado de caballos en
Budapest. “Mis padres construyeron un picadero en Sóskút, a las afueras de la
ciudad. Me siento muy afortunado de haber tenido la oportunidad de crecer en el
campo y al mismo tiempo estar cerca de una ciudad tan bulliciosa como Budapest.
Fue lo mejor de ambos mundos”, nos cuenta.
El archiduque de Austria es hijo de Jorge de
Habsburgo-Lorena, embajador de Hungría en Francia, y de la duquesa alemana
Eilika de Oldenburg, que tiene un centro de equitación en Hungría. El bisabuelo
de Carlos fue Carlos I de Austria y IV de Hungría, último emperador del Imperio
austrohúngaro, un personaje que el joven conoce bien gracias a las historias
que le ha contado su progenitor desde que era un niño. “Los Habsburgo tenemos
una historia larga y compleja, profundamente vinculada a Europa Central. Hoy en
día, la familia consta de unos 500 miembros alrededor del mundo. Los Habsburgo
fueron expropiados después de la Primera Guerra Mundial, lo que significa que
la mayoría de las pertenencias privadas de mi bisabuelo ya no están en nuestra
posesión. Si quiero ver algún objeto personal relacionado con él, tengo que
visitar museos, como los de Viena”, sonríe con una educación exquisita.
No siempre se tiene
delante al descendiente de un emperador, por lo que nuestra curiosidad nos
lleva a preguntarle si cree haber heredado algún rasgo del hombre que dirigió
un imperio. “Es una pregunta difícil de responder, ya que mi padre y yo lo
conocemos solo a través de los libros de Historia y lo que la gente ha
compartido sobre él. Pero mi bisabuelo sacó una fuerza inmensa de su fe y yo
crecí en una familia donde la religión siempre ha jugado un papel importante.
Inspirado por esta educación, me esfuerzo por seguir el ejemplo del beato
Carlos de Austria en mi propia vida”, recalca con seriedad. Carlos I de Austria
sucedió a su tío abuelo Francisco José I al frente del Imperio tras la muerte
de este en 1916, lo que emparenta a Carlos con la emperatriz Sissi, a la que
tenemos en la memoria gracias a las películas protagonizadas por la actriz
austroalemana Romy Schneider en la década de los cincuenta. “¡Por supuesto que
he visto las películas de Sissi y las disfruté mucho! Combinan maravillosamente
los hechos históricos con la visión creativa del director. En los últimos años
se han producido nuevas cintas que intentan aprovechar el éxito de las
originales. Sin embargo, estas adaptaciones tienden a inclinarse más hacia la
ficción que hacia la realidad y no tienen ninguna conexión con mi familia ni
con su historia”, aclara.
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