9 de junio de 2022

Banco Mundial recorta la estimación de crecimiento de México de 2.1% a 1.7%

 Alta inflación, incertidumbre política, alza de tasas y desaceleración en Estados Unidos afectarán la evolución de la economía mexicana; para América Latina mejora el pronóstico de 2.3% a 2.5%.

Belén Saldívar    -    El Economista


Los altos niveles de inflación, la incertidumbre política, la política monetaria más restrictiva y la desaceleración del crecimiento de Estados Unidos, el principal socio comercial del país, pasarán factura al Producto Interno Bruto (PIB) de México, de acuerdo con la última actualización de Perspectivas Económicas Mundiales del Banco Mundial.

En el documento, el organismo volvió a recortar el crecimiento estimado para México, en contraste con una mejor previsión para la región de América Latina y el Caribe. En este tenor, el organismo internacional espera que el PIB mexicano se expanda a una tasa de 1.7%, contra la estimación previa, de abril, de 2.1 por ciento.

De esta forma, el Banco Mundial se suma a las revisiones a la baja que otras instituciones han hecho recientemente a la economía mexicana en medio de la incertidumbre generada por las tensiones en Europa, la pandemia del Covid-19, así como los altos niveles de inflación.

“Se espera que la economía de México se expanda 1.7% este año y 1.9% el próximo, a medida que la política monetaria, la alta inflación, la incertidumbre política y la desaceleración de Estados Unidos pasan factura”, consignó el Banco Mundial.

Los altos niveles de inflación en el país –que en los últimos meses han superado la tasa de 7.00% anual– provocarán que el Banco de México (Banxico) continúe incrementando su tasa de interés en lo que resta del año, algo que lastrará la inversión, señaló el reporte.

Los cuellos de botella en la oferta también han propiciado un crecimiento más débil de la producción, ya que han perturbado al sector manufacturero de manera global, no obstante, la expectativa es que esto se reduzca gradualmente.

“La incertidumbre regulatoria en sectores como la energía y las industrias extractivas puede frenar la inversión, a pesar de los precios de apoyo. Los estímulos destinados a limitar los aumentos en el precio del combustible brindarán cierto alivio a los hogares, pero no están dirigidos a los más necesitados”, agregó el Banco Mundial.

El pronóstico de la institución dista de lo esperado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador que tiene la expectativa de crecimiento para este año, modificada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en meses pasados, de un PIB de 3.4%, tasa que ha sido tachada de optimista y difícil de conseguir ante la coyuntura actual.

Revisión al alza para la región

Contrario al caso de México, la región de América Latina y el Caribe tendrá un mayor crecimiento a lo previsto, de acuerdo con el Banco Mundial que ahora espera una expansión de 2.5% desde el estimado en abril de 2.3 por ciento.

Sin embargo, el organismo multilateral advirtió que la guerra entre Rusia y Ucrania ya ha impactado en la región, en donde se han observado altos niveles de inflación.

“Los ingresos de exportación y la situación fiscal de algunos países exportadores de productos básicos de la región son beneficiosos, pero los efectos económicos positivos son superados por el aumento de los precios al consumidor, el sentimiento más débil y aumento de las tasas de interés nacionales y mundiales”, explicó.

A nivel mundial, se espera que el crecimiento económico promedie 2.9% este año, mucho menor a la expectativa que tenía el banco en enero de 4.1 por ciento. En el caso de Estados Unidos, el PIB esperado es de 2.5%, mismo para la zona euro, y en Japón de 1.7 por ciento.

Aumenta riesgo de estanflación

La estanflación, como se le denomina al fenómeno en donde el crecimiento económico se estanca y se observan fuertes incrementos en los precios al consumidor, puede estar cerca. El Banco Mundial advierte en sus perspectivas que se ha incrementado el riesgo de que esto suceda.

El impacto de la pandemia, que continúa e incluso en unos países se han vuelto a implementar medidas para la restricción de la movilidad, así como las tensiones en Europa, es lo que ha aumentado el riesgo de una estanflación, la cual tendría consecuencias tanto para las economías de ingreso medio como para las de ingresos más bajos.

“La guerra en Ucrania, los confinamientos en China, los trastornos de la cadena de suministro y el riesgo de estanflación afectan el crecimiento. Para muchos países será difícil evitar la recesión. Los mercados están expectantes, por lo que es urgente fomentar la producción y evitar las restricciones comerciales. Se requieren cambios en las políticas fiscales, monetarias, climáticas y de endeudamiento para contrarrestar la asignación inadecuada de capital y la desigualdad”, señaló David Malpass, presidente del Banco Mundial.

El informe recordó que, en la década de los 90, se registró una estanflación, la cual necesitó fuertes aumentos en las tasas de intereses de las principales economías avanzadas, algo que contribuyó a generar una serie de crisis financieras en los mercados emergentes y las economías en desarrollo.

“Las economías en desarrollo deberán equilibrar la necesidad de garantizar la sostenibilidad fiscal con la necesidad de mitigar los efectos de las múltiples crisis en los ciudadanos más pobres. Comunicar con claridad las decisiones en materia de política monetaria, aprovechar la credibilidad de los marcos de política monetaria y proteger la independencia de los bancos centrales puede anclar eficazmente las expectativas inflacionarias y reducir el grado de restricción monetaria requerida para lograr los efectos deseados sobre la inflación y la actividad”, dijo Ayhan Kose, director del Grupo de Perspectivas del Banco Mundial.

ana.martinez@eleconomista.mx

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