Archivo del blog html

22 de abril de 2020

José Gómez Cerda relata el papel del sindicalismo cristianos durante la intervención norteamericana de 1965.

Para reflexionar en esta cuarentena
El 24 de abril de 1965 se produjo una revuelta cívico-militar que derrocó al Gobierno de facto, un Triunvirato que dirigía Donald Read Cabral, que había sido instalado después del Golpe de Estado contra el Profesor Juan Bosch, en 1963. La consigna era el retorno a la constitucionalidad.
Militares jóvenes se rebelaron contra el gobierno, entregaron armas al pueblo y combatieron a otros militares que defendían el llamado Triunvirato.
Henry Molina, Secretario General de la Confederación Autónoma de Sindicatos Cristianos (CASC), por mandato del Comité Ejecutivo, había estado días antes en Puerto Rico, se había entrevistado con el Profesor Juan Bosch, que era el ” cerebro” del movimiento constitucionalista, que pretendía regresar el orden de derecho.
La CASC se opuso a la intervención norteamericana, apoyó el Movimiento Constitucionalista, y constituyó el Comando Armado Sindical Cristiano (CASC); el Secretario General Henry Molina, pasó a ser Comandante.
El 25 de abril de 1965, los miembros del Comité Ejecutivo de la CASC se presentaron en la Televisión oficial, “La Voz Dominicana, Canal 4”, y por medio del vocero oficial, que era Henry Molina, respaldaron públicamente el Movimiento Constitucionalista.
Militares dominicanos dirigidos por el General Elías Wessin y Wessin, en apoyo al gobierno, bombardearon parte de la Capital, y en el puente Duarte se libró una gran batalla.
Henry Molina y José Gómez Cerda, principales dirigentes de la CASC, fueron al Palacio Nacional, cuando era Presidente Provisional el Dr. Rafael Molina Ureña. Ahí solo encontraron un pelotón militar dirigido por el Contralmirante Lajara Burgos. En las oficinas estaban Brinio Rafael Díaz, un publicista, y el actor Franklin Domínguez.
Cuando el Movimiento Constitucionalista tomó fuerzas, los Estados Unidos, en forma unilateral, invadieron el país. 42.000 marines norteamericanos ocuparon una parte importante de la capital, y cercaron frente al mar a los “constitucionalistas”.
La CASC planeó convocar una huelga general, para eso envió a José Gómez Cerda a Santiago, junto a Francisco José Bidó Y Francisco Antonio Santos, el 1ro. de mayo, pero las condiciones objetivas no estaban dadas para una huelga de ese tipo.
Días después Francisco Antonio Santos y Francisco José Bidó fueron hechos prisioneros en Santiago.
La primera delegación internacional de la Organización de Estados Americanos (O.E.A.) que llegó al país estaba encabezada por el Embajador de Chile ante las Naciones Unidas, Alejandro Magnet, quién se reunió con los dirigentes de la CASC y con el Coronel Francisco A. Caamaño, Presidente del sector Constitucionalista.
Alejandro Magnet se quedó sorprendido al comprobar que los sindicatos cristianos estuvieran en apoyo al movimiento Constitucional, pues en los Estados Unidos se decía que ese era un movimiento comunista. De ahí surgió la idea de que un dirigente de la CASC fuera al exterior para expresar el apoyo de los sindicatos cristianos al movimiento constitucionalista.
José Gómez Cerda fue designado representante del Gobierno Constitucional ante los gobiernos y trabajadores de Venezuela, Chile y México, que habían sido los gobiernos de mejor comportamiento en la situación; en esos momentos la mayoría de los países latinoamericanos eran dictaduras y gobiernos militares.

No hay comentarios: