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22 de abril de 2020

Guerra Constitucionalista del 24 de abril de 1965

La tarde del sábado 24 de abril de 1965 se puso en marcha el proceso político y militar tendente a retornar al profesor Juan Bosch a la presidencia y restablecer la Constitución de 1963. El conflicto se inicia cuando la corrupción administrativa motivaron a un grupo de jóvenes oficiales que, bajo la coordinación del brillante y joven oficial Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez, se sumieran en actividades conspirativas en los cuarteles con el fin de atender el clamor popular cada vez más poderoso exigiendo la Constitución del 63 sin elecciones, así hicieron sucumbir al triunvirato presidido por el Dr. Reid Cabral.
Sábado 24 de Abril de 1965
Este grupo de oficiales jóvenes se proponen restaurar el gobierno constitucional del destituido presidente Juan Bosch, primer gobierno elegido democráticamente en las urnas tras el ajusticiamiento del dictador Rafael Leonidas Trujillo.
El campamento militar 16 de agosto, ubicado en la Autopista Duarte, y el 27 de febrero, en la margen oriental, que meses antes había sido destruido por la explosión de su polvorín, como era conocido, se rebelan contra el gobierno de Reid Cabral.
El Dr. José Francisco Peña Gómez, hablando por una emisora de radio, arenga al pueblo a levantarse en armas y lanzarse a las calles en apoyo al golpe de estado perpetrado contra el triunvirato, y de ese modo restablecer el gobierno constitucional de Juan Bosch.
Este llamado fue suficiente para que el pueblo se desbordara en las calles proclamando su apoyo a la acción y reclamando el retorno a la constitucionalidad.
Un grupo de militares rebeldes leen una proclama donde exhortan al pueblo a respaldarlos. En la noche, Donald Reid Cabral habla al país con el fin de conseguir que los rebeldes depongan las armas.
Los cuatro días que siguieron a ese acontecimiento pueden considerarse entre los más intensos y complejos de la historia dominicana. Los constitucionalistas depusieron al gobierno ilegítimo del Triunvirato, encabezado por Donald Reid Cabral, ocuparon el Palacio Nacional y designaron al doctor José R. Molina Ureña como presidente interino del país hasta el retorno de Bosch, pues al primero le correspondía, según la Constitución, ocupar esa posición en su condición de presidente de la Cámara de Diputados, la cual, por supuesto, había dejado de funcionar luego del golpe de Estado del 25 de septiembre de 1965.
Domingo 25 de abril
En las primeras horas de la mañana los militares constitucionalistas entran a la ciudad de Santo Domingo y obligan a renunciar a Reid Cabral. El pueblo se lanza a las calles ocupando el Palacio Nacional en respaldo del contragolpe de estado. En la sede del Palacio Nacional un grupo de militares forma el "Comando Militar Revolucionario" encabezados por los coroneles Vinicio A. Fernández Pérez, Giovanni Gutiérrez Ramírez, Francisco Alberto Caamaño Deñó, Eladio Ramírez Sánchez y Pedro Bartolomé Benoit, que asume el poder a las 10:30 a.m.
Esa misma noche se traslada el poder a una autoridad civil, en la persona del Dr. Rafael Molina Ureña como presidente provisional y quien había sido el Presidente del Senado durante el Gobierno de Bosch. Momentos después se anuncia el reestablecimiento de la constitución del 1963 y el regreso del profesor Bosch ese mismo día desde Puerto Rico. Las organizaciones populares exigen que se le entreguen armas al pueblo el cual ya se había volcado a celebrar el retorno de la institucionalidad al país.
Mientras se producían estos acontecimientos en el centro político de la ciudad, las fuerzas militares de San Isidro, polo opuesto a las fuerzas militares constitucionalistas, bombardearon indiscriminadamente el Palacio Presidencial y una extensa zona de la ciudad de Santo Domingo, al tiempo que comenzaron a quebrar la fuerte resistencia que habían puesto los militares y civiles constitucionalistas en los alrededores del puente Duarte.
Lunes 26 de Abril
Durante toda la mañana De inmediato comienzan los bombardeos y los ametrallamientos aéreos al palacio presidencial y otras posiciones de los constitucionalistas. Ya que en la base aérea de San Isidro y en el llamado "Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas (CEFA)" los generales Wessin y Wessin y el general Imbert Barreras se oponen al retorno de Juan Bosch y al restablecimiento de la constitución del 1963.
La batalla del Puente Duarte fue un de las más sangrientas, pero al final de la misma, las tropas reaccionarias de Wessin y Wessin fueron derrotadas y obligadas a volver sobre sus pasos. Fue tan formidable la participación popular, que muy pronto el aparato militar regular, quedo virtualmente desarticulado por las acciones militares del pueblo en armas. Fue tomada la fortaleza del Ozama en donde se encontraba la odiada Policía Nacional, en su versión de los cascos blancos.
Martes 27 de Abril
La Marina de Guerra, hasta ese momento neutral en el conflicto, se une a las fuerzas de Wessin, y sus barcos bombardean al palacio presidencial donde se encontraba el Presidente Provisional, Rafael Molina Ureña. La fuerza aérea arrecia sus bombardeos contra la ciudad.
Ante la gravedad de la situación, el presidente provisional Rafael Molina Ureña y miembros del alto mando constitucionalista entre los que se encontraban los coroneles Vinicio Fernández Pérez, Giovanni Gutiérrez, Rafael Fernández Domínguez entre otros, y varios dirigentes del Partido Revolucionario Dominicano, se dirigen a la Embajada Norteamericana para tratar de conseguir su mediación para lograr un acuerdo con los militares de San Isidro.
Luego de una acalorada discusión el embajador Norteamericano William Tapley Bennett el embajador llama por teléfono a Caamaño diciéndole que solo falta él en la reunión, Caamaño respondió Dígale a Wessin que detenga los bombardeos pero él (Bennett) les dice a los constitucionalistas Este no es el momento de negociar, sino de rendirse de inmediato el presidente provisional Rafael Molina Ureña, renunció y procedió a asilarse en la embajada de Colombia.
Igual camino siguieron otros dirigentes constitucionalistas. Cuando todos los oficiales militares salían del despacho del embajador norteamericano, El Coronel Francisco Alberto Caamaño Deño llegó y se detuvo en la puerta y le dijo: Permítame decirle que seguiremos la lucha suceda lo que suceda.
Al salir de la embajada Caamaño junto a otros colaboradores cercanos, se dirigió al puente Duarte donde las tropas de Wessin avanzaban hacia el centro de la ciudad.
El embajador Bennett, seguro confiado de que las fuerzas de San Isidro se acercaban a una victoria, culpó, según su propio relato, a los constitucionalistas de la crisis que vivía el país; acusó al movimiento de estar infiltrado de comunistas y los devolvió a los que él llamó el “mundo cruel” de las calles de Santo Domingo.
Esta decisión del embajador no le dejó otra opción a Caamaño y otros de sus acompañantes que trasladarse al puente Duarte para unirse a la resistencia que los constitucionalistas le hacían al avance militar de San Isidro.
Este es el momento crucial que redimensiona la figura de Caamaño, pues la fuerte resistencia de las masas de combatientes constitucionalistas que estaban bajo su dirección, impidió el avance de los tanques de San Isidro y revirtió lo que parecía un triunfo seguro de las fuerzas militares conservadoras.
La presencia de Caamaño junto a otros militares en el Puente levantó la moral de los combatientes e hicieron retroceder las fuerzas de Wessin. El profesor Juan Bosch desde Puerto Rico y ante la imposibilidad de regresar al país, delega sus derechos constitucionales al coronel Caamaño, y el congreso se reúne de emergencia y proclaman a Caamaño presidente de la República.
En el momento en que los constitucionalistas, quienes ya había derrotado en santo domingo a las tropas regulares, se preparaban para el ataque decisivo de San Isidro, base aérea en donde se encontraban concentradas las tropas del CEFA, dirigidas por Wessin y Wessin y el general Benoit, estos temerosos, solicitaron a los Estados Unidos su intervención militar, para evitar un supuesto peligro comunista.

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