El cantante Elvis Presley, fallecido el 16 de agosto de 1977, sufría estreñimiento crónico severo debido a una dolencia hereditaria, que podría haberse tratado con una operación a la que rechazó someterse. Pese a que los médicos trataron de curarle mediante otras técnicas, finalmente la enfermedad pudo con el Rey del Rock´n´ Roll.
Presley fue un ídolo de masas durante décadas pero su muerte estuvo muy alejada del glamour de los escenarios. Su médico particular, George ´Nick´ Nichopoulos, ha reconocido que el cantante no murió de fallo cardíaco, sino de estreñimiento.
En una entrevista para el canal Fox News, el médico ha explicado que Elvis sufría una dolencia hereditaria llamada parálisis del intestino que podía haberse tratado con cirugía, pero fue el propio Elvis quien se negó a pasar por el quirófano.
Así, los médicos intentaron tratarle por otras vías pero no pudieron frenar el avance de la enfermedad. "Elvis se sentía avergonzado, tenía accidentes en el escenario. Tenía que ir a cambiarse de ropa y volver debido a los tratamientos que aplicábamos para tratar su estreñimiento", afirma Nick.
El doctor Nichopoulos, quien estaba con el cantante cuando murió -se encontraba en el baño- está convencido de que "si se le hubiera hecho una colostomía, Elvis probablemente todavía estaría aquí"; y ha publicado un libro para explicar la evolución de la enfermedad del cantante.
La obra se llama El Rey y el doctor Nick y en ella el médico cuenta los detalles de su relación con Elvis y el tratamiento de su dolencia, incluso más allá del fallecimiento del cantante: "No nos dimos cuenta hasta la autopsia de que su estreñimiento fuera tan grave".
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