El Cañero

20 de marzo de 2010

Cervantes empleó las matemáticas para escribir El Quijote

Alberto Tapia.

Miguel de Cervantes se valió de las matemáticas para relatar una escena de la novela española más relevante, en la que Don Quijote averigua cuántos reales son 3.300 cuartillos sin dividir esa cantidad por cuatro.

Así lo ha afirmado hoy a EFE el escritor y matemático José del Río Sánchez, quien acaba de publicar en la editorial Akron el ensayo "También los novelistas saben matemáticas".

Del Río recopila en esta obra las referencias a las matemáticas que ha ido encontrando en las novelas que ha leído en los últimos diez años, con lo que descubre al lector que hay multitud de situaciones en las que aparece esta ciencia en diversas aplicaciones.

Una de ellas, de las más llamativas, aparece en El Quijote, cuando el protagonista de la novela hace una serie de cálculos para averiguar cuántos reales son 3.300 cuartillos -un cuartillo era, recuerda el Diccionario de la RAE, la cuarta parte de un real- sin dividir esta cantidad por cuatro.

Para ello, Quijote divide la suma de 3.300 en 1.500, por un lado, y 150, por otro -las correspondientes mitades de los millares y de las centenas de la cantidad total-, y llega al resultado de 825 reales después de haber dividido aquellas dos mitades resultantes por dos (750 y 75) y de haber sumado sus respectivos resultados: un proceso "inteligentísimo", ha detallado Del Río.

Este episodio ocurre cuando Sancho Panza, a quien Don Quijote le ha encargado que se dé unos azotes para que Dulcinea se libere del encantamiento que la ha convertido en aldeana, pide cuentas al protagonista y éste le responde que cobrará lo que lleve en el zurrón: 3.300 cuartillos, o, lo que es lo mismo, 825 reales.

"También los novelistas saben matemáticas" es un ensayo en el que su autor hace referencia también a escritores tan diversos que emplean esta ciencia en su literatura, como Vargas Llosa, José Saramago, Julio Cortázar, César Aira, Luis Goytisolo, Bernardo Atxaga, Javier Cercas y Stieg Larsson, entre otros muchos, según ha citado José del Río.

Este matemático y escritor, de 56 años, natural de Astorga (León) y residente en Salamanca, ha subrayado y clasificado en fichas durante años todas las referencias a esta ciencia que tantos novelistas han hecho en sus publicaciones, tras lo cual ha decidido ahora compartir lo encontrado con el lector en este ensayo que ahora presenta.

El objetivo de este libro es que el lector "pueda apreciar que los novelistas insertan en el discurso literario referencias a las matemáticas de una manera natural", ha explicado el autor.

"El libro está a caballo entre la divulgación literaria y la científica, en este caso matemática", ha precisado el escritor, quien introduce la obra explicando por qué a unas personas les gustan las matemáticas y a otras no.

Incluso para hablar de amor -ha añadido Del Río-, hay autores que también han utilizado las matemáticas; esto es posible gracias a una ironía que se apoya en el lenguaje aritmético.

Un ejemplo de ello es la novela "Placer licuante" (1997), de Luis Goytisolo, en la que éste concibe a una pareja que se comunica a través de faxes empleando un código numérico que hace referencia a diferentes partes del cuerpo.

De la misma forma, la literatura española se completa con estadísticas, medias y cálculos aritméticos, ha asegurado Del Río.

"El mundo de las matemáticas visto desde los novelistas es un mundo riquísimo, porque no han dejado ninguna parte sin tocar", asevera el autor.

"Muchos novelistas -agrega- en algunas obras se apropian de los términos matemáticos para crear, por ejemplo, metáforas o descripciones".

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