Manuel Salazar
Manuel Antonio Salazar |
La primera cuestión
a debatir es si el modelo económico en curso es de desarrollo, y de inmediato
digo que es de crecimiento económico.
El crecimiento
económico es un concepto que expresa el aumento de tamaño del Producto Interno
Bruto, PIB. En República Dominicana durante
más de 50 años consecutivos el trabajo ha creado riquezas, haciendo crecer el
PIB; en años, hasta a tasas del 12 % y
en otros de hasta 8.5%; por encima de la media de América Latina.
Pero no hubo
desarrollo; porque este presupone el
crecimiento, pero implica además que en atención al uso y preservación de los recursos naturales
para que sirvan a las presentes y futuras generaciones, ese crecimiento debe
impactar en una sustancial mejoría de las condiciones de vida de la población;
al tiempo que se transforman las bases materiales del primer esfuerzo de
crecimiento. Igual debe haber un régimen
político y social que garantice participación democrática y seguridad al
pueblo.
La República
Dominicana vio agotarse el modelo de “sustitución de importaciones”, que la
mantuvo en la dependencia extrema del extranjero; y como no logró el desarrollo
ni se esperaba que lo hiciera, la política dominante sustituyó aquel por otro modelo, el actual; basado en el
turismo y las zonas francas, que por
igual la mantiene en el círculo dantesco de la dependencia. En estos ha habido crecimiento económico y
también creció la pobreza; hay provincias donde la pobreza alcanza hasta el 60%
de la población.
Porque los modelos
de crecimiento, esencialmente el vigente, han sido modelos de “dumping” social
y ecológico. Social, porque logran
crecimiento en base a una política
salarial restrictiva, un peso devaluado y altas tasas de desempleo; que en suma
deprimen la capacidad de consumo de las mayorías.
Ecológico, porque
permiten a inversionistas en minería y proyectos turísticos, que sin tener que
pagar costos destruyan recursos naturales, entre estos bosques y cuencas
acuíferas.
La segunda es, que
esos modelos han corrido parejo con un régimen político centralizado, que
corresponde a una economía concentrada.
Por
tanto, superar el modelo “dumping”, para
implantar uno de real desarrollo, tiene
que ir parejo con la renovación del régimen jurídico- político. Porque a tal desarrollo, tal Estado. La constitución actual, la del “Estado de
derecho”, da cobertura legal con rango de ley sustantiva a ese modelo; y por tanto, esa constitución también debe
ser superada.