Jose Daniel Antigua Rcabada
El sistema se
desarrolló como una baja presión al este de las Antillas Menores y fue
clasificado como tormenta tropical el 10 de diciembre, mientras se encontraba
al norte de Puerto Rico. Al día siguiente, tocó tierra cerca de Punta Cana,
trayendo lluvias torrenciales y vientos significativos que afectaron de manera
devastadora al territorio dominicano.
Impacto en
cifras
Las lluvias
asociadas a Olga alcanzaron acumulados de hasta 250 milímetros, provocando
graves inundaciones que obligaron a evacuar a más de 34,000 personas y dejaron
7,500 viviendas afectadas. Trágicamente, 37 personas perdieron la vida durante
este evento.
El 12 de
diciembre, Olga se debilitó a depresión tropical tras cruzar hacia Haití y
continuó como un sistema remanente hasta su disipación en el Golfo de México el
17 de diciembre.
Un
fenómeno excepcional
Olga es
recordada como una tormenta excepcional no solo por su impacto, sino también
por su formación tardía en el calendario ciclónico. Desde que existen
registros, solo 17 ciclones tropicales y subtropicales se han formado en
diciembre, siendo el más reciente en 2013 cerca de las Islas Azores.
Lecciones
aprendidas
El evento de
Olga subrayó la importancia de estar preparados para fenómenos fuera de lo
común y mejoró los protocolos de gestión de riesgos en la República Dominicana.
Hoy, en su aniversario, se honra la memoria de las víctimas y se reflexiona
sobre los avances en resiliencia climática.
El legado de
Olga persiste como un recordatorio de la fuerza de la naturaleza y la necesidad
de estar siempre vigilantes ante sus caprichos.
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