Nunca se presentó el personal del Gabinete de Políticas Sociales, el Plan Social de la Presidencia, el Sistema Único de Beneficiarios (Siuben) o Supérate, así que las horas en cola fueron en vano
Carlos Moreta
/Rosy Santana
Santo
Domingo, LD.- Las filas comenzaron a las 3:00 de la madrugada de ayer en el
Polideportivo de Invivienda, reuniendo a decenas con la esperanza de calificar
a las tarjetas del Bono Navideño y ver arreglado el mes con 1,500 pesos.
La entrega de
las ayudas sociales vino en el anuncio de una “guagüita”, informando que entre
jueves y domingos se realizaría el levantamiento.
Esto no
sucedió el primer día, llevando al abandono de ciudadanos cansados cuando el
reloj marcó las 9:00. “Eso indigna”, dijo la comunitaria Aracelis Zabala, tras
marcharse con las manos vacías.
Nunca se
presentó el personal del Gabinete de Políticas Sociales, el Plan Social de la
Presidencia, el Sistema Único de Beneficiarios (Siuben) o Supérate, así que las
horas en cola fueron en vano.
Una situación
que no es exclusiva del sector, porque en Villas Agrícolas y el Mejoramiento
Social se suspendieron las jornadas.
El lugar
establecido para las “donaciones” fue el Dispensario Médico en Villas
Agrícolas, donde no se llevó a cabo la actividad en vista de lo reducido del
espacio para aglutinar filas que excederían las 200 personas.
La
configuración del consultorio no es apta, mientras que Reynaldo Rosario,
presidente de la Junta de Vecinos El Milagro de Todos, refirió a reporteros de
Listín Diario como otra razón “que los bonos no han sido entregados ya que
existe un desorden” que es ocasionado por los beneficiados.
A raíz de
esto se producirá un traslado en la ubicación, sustituido por el Polideportivo
Los Pioneros, aunque por el momento no hay una nueva fecha por parte de
Supérate.
Igual
situación que en la Parroquia San Gabriel del Mejoramiento Social (o Villa
María), que tras filas cesaron la concesión de tarjetas y colocaron un afiche
que lee: “lamentamos informarles que los bonos navideños están suspendidos y no
estaremos entregándolos hasta nuevo aviso”.
Estos fallos
de logísticas revolotean a la gente, como es el caso de Antonio Hernández que
acudió a Invivienda porque con el bono le alcanza para “comer un día o dos”.
Ya tenía a
mano la lista de compras a la que destinaria el dinero, quien dijo le ayudaría
para la compra de carnes, habichuelas y reponer el tanque de gas.
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