IGNACIO MIRI Clarín | ☕ 7 Minutos
Con la situación ya puesta, Javier Milei busca convertir la salida de
Nicolás Posse en la primera escala de un proceso de reorganización del
Gobierno. El día de ayer arrancó con una reunión de Gabinete en uno de los
bares que rodean a la Plaza de Mayo, fue la manera con que Guillermo Francos
eligió dejar claro que su estilo de gestión será mucho más abierto que el de
Posse, que casi no se mostró en público en seis meses en su cargo.
Francos será jefe de Gabinete, será articulador con los gobernadores y
con la oposición, y también será el vocero político del Gobierno. Las tres
actividades demandan presencia full time, así que, para cumplirlas, tendrá que
deshacerse del manejo de algunas áreas que manejaba su predecesor. Una será la
de las empresas públicas: algunas de ellas irán a parar al Ministerio de
Economía y otras formarán parte de las atribuciones del nuevo ministerio que
crearán para Federico Sturzenegger.
Aunque solo tendrá el cargo formal la semana próxima, cuando Javier
Milei regrese de su viaje a Estados Unidos y a El Salvador y le pueda tomar
juramento, Francos deberá dedicar esta semana a reflotar la Ley Bases, que el
Senado viene demorando. Lo tiene que hacer porque su propio poder futuro
depende de ello: si la Ley no sale, su poder quedará golpeado a poco de
estrenarse.
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