4 de febrero de 2022

Clara Galle, la estrella del nuevo ‘hit’ de Netflix: “Cuando me dijeron que me habían cogido salté del sofá de la alegría y tiré al suelo la mesa del salón”

 La actriz de 20 años debuta en el cine de la mano del director Marçal Forés en la película A través de mi ventana.

POR PELAYO SÁNCHEZ - Vanity Fair

Dice acordarse de todo como si hubiese sucedido ayer. “Y no creo que vaya a olvidarlo nunca”, asegura. Aquel día, 20 de enero de 2021, al caer la noche, Clara Galle (Pamplona, 2002) consultó en su móvil la aplicación de Salud. Había dado casi 30.000 pasos sin siquiera moverse de casa. “Estaba confinada y esperando a que me llamasen para la PCR, porque un amigo acababa de dar positivo. Apenas un rato después, a las once menos cuarto de la mañana, sonó el teléfono. Era mi repre. ‘¡Clara, que te han cogido!’. Salté del sofá y tiré al suelo la mesa del salón, de la alegría tan grande que sentí”, rememora la actriz. Cómo olvidarlo: “Me pegué el día entero caminando en círculos por mi casa, de apenas 50 metros cuadrados, hablando por teléfono con mi madre, mi prima, con mis amigas…”.

Así embarcó Clara Galle en A través de mi ventana, la adaptación de la exitosa novela homónima para jóvenes adultos escrita por Ariana Godoy que Netflix estrena el 4 de febrero. Después, la vorágine: “Yo ya había trabajado en un par de publis, pero nunca en algo tan grande como esto... Durante los meses de rodaje viví en una auténtica burbuja. Solamente rodaba y rodaba. Era genial. Mi sensación fue, en todo momento, la de ir a jugar: Marçal Forés, el director, tuvo gran parte de la culpa. Reía con nosotros, lloraba con nosotros… Estaba realmente emocionado con el proyecto, con Julio y conmigo”, cuenta la joven.

Galle se
refiere a Julio Peña (San Sebastián, 2000), su compañero en la pantalla, con quien comparte varias escenas íntimas a lo largo del metraje. Una coach de intimidad trabajó con ellos a lo largo de un mes para entrenar cada detalle. “Por eso, y frente a lo que pueda parecer, estas secuencias no fueron para mí las más complicadas, porque todo estaba muy medido. El mayor reto estaba en los momentos donde tenía que expresar cosas sin decirlas. Con la cara, con la mirada, con los silencios… Actuar desde la sutileza es lo más complicado”, asegura.

Desde que comenzó a vivir en Madrid, hace poco más de un año, Clara compagina la interpretación con su formación académica. Estudia Historia del Arte por la UNED y dice amar todo lo que tenga que ver con la pintura, la escultura o la performance. “Fíjate, por ejemplo, en mi plan para este finde: visitar El Prado con mi novio como guía y después ir con él al Reina Sofía, donde soy yo quien va a dirigir la ruta”, cuenta, entre risas. “Esas son mis citas favoritas. Y es que, en realidad, esa es la Clara de siempre. Todo esto de las pelis, de las premieres, etc., es parte de mi trabajo. ¡Y me encanta! Pero yo, en mi vida normal, lo que hago es pintar, visitar museos, leer, irme de ruta en bici y mancharme de barro.”

En su perfil de IG Clara comparte, de manera recurrente, fragmentos de sus últimas lecturas. Yerma, de Lorca, Historia de una escalera, de Buero Vallejo, Gente Normal, de Sally Rooney, Canto yo y la montaña baila, de Irene Solá… Tiene, dice, la costumbre de leer en voz alta, imaginando, fantaseando, tratando de hallar ciertos destellos en las palabras que puedan ayudarla a continuar creciendo interpretativamente.

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“Ahora mismo estoy con la biografía de Meryl Streep, por ejemplo. Y también, a raíz de la peli, he vuelto mucho a las novelas románticas, que es lo que más me gustaba de adolescente”, señala. Y añade: “La fiebre que pueden tener ahora los adolescentes con A través de mi ventana yo la tuve, hace unos años, con las novelas de Alice Kellen. En su momento, soñaba con interpretar a Leah, la protagonista de su bilogía Deja que ocurra. Y fíjate: aquí estoy, haciendo el papel de Raquel, la prota de A través de mi ventana. Estoy muy feliz por ello”.

Son muchos los fans de la novela de Godoy que esperaban ansiosos el estreno de su adaptación al cine. Así lo dejan ver los datos: en apenas unos meses, y cuando la película aún no se ha estrenado siquiera, Clara ha pasado del anonimato al millón y medio de seguidores en Instagram. “No te voy a mentir: llevo unos meses bastante agobiada”, reconoce. “Quiero continuar siendo auténtica, por eso cuelgo en redes mis momentos más felices, pero intento también dar muestra de los que no lo son tanto. Cuando era más pequeña, recuerdo que a veces me ponía triste entrando en redes sociales y viendo las supuestas vidas maravillosas que tenían algunas personas… Así que ahora, en cierto modo, me siento responsable de hacer ver que no, que mi vida no es perfecta. Que, como todo el mundo, a veces yo también me siento mal y ni siquiera sé por qué”.

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