Estela Cazanova
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| Estela Cazanova |
Muchas personas empiezan un proyecto y a mitad del camino escuchan las voces de no se puede y miran las circunstancias Muchas de ellas adversas y se detienen bajan la guardia y terminan por decaer en sus metas y no lo logran.
Hay otros que sin importarles lo que digan se hacen los sordos se hacen los ciegos ante los obstáculos y siguen adelante.
Eso hace la diferencia entre los vencedores y los perdedores entre los líderes y los seguidores entre los historiadores y los hombres historia los que hacen las historias los que se vuelven leyendas.
Siendo yo muy joven y siendo parte de la dirigencia de un banco local conocí un hombre comprometido con dar informaciones reales y darle un espacio a la cultura, me impresionó ya que nunca se dedicó al periodismo amarillo, ni a la prensa sensacionalista.
Pasaron los años y ese hombre paso por diferentes etapas. Algunas muy duras y en una de ellas danzo con la muerte misma, pero contradiciendo a lo que decía el profesor Juan Bosch de que la muerte no se equivoca dos veces con este hombre eso no se dio ahí.
Continuó siendo amigo de sus amigos y con sus eternos compromisos, con la cultura y con la sana información; no ha amasado fortunas, no anda en jeppeta, apenas anda a pie y con una eterna sonrisa, no tiene enemigos y por donde pasa cosecha nuevos amigos.
Hoy su publicación ha llegado al número Cien, donde muchos que empezaron primero ya no son ni siquiera un recuerdo, otras que empezaron después ya no existen, pero este hombre comprometido con altos ideales ha seguido sereno cosechando algo que muchos desearon tener: “HONRA”.
Y es así como honró a mi amigo de largos años a Miguel Rone y le deseo muchos números cien para su Revista El Cañero.
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