1 de octubre de 2010

Petróleo en La Lima, Higüey

Las aguas del río Sanate corren frescas y transparentes. Un trozo de palo seco las atraviesa, y toca fondo. El petróleo no se hace esperar: brota al instante y se integra a la corriente para convertirse en una mancha aceitosa que despide un particular olor a combustible.

Cuando el regidor José Amable Cordones retira el palo, la emanación se detiene, y el entorno vuelve a ser completamente natural. Fuera del río aparecen árboles de javilla, guayabas, hierbas diversas y una vaca que se mueve en la distancia.

De este lugar, ubicado en la sección La Lima, a siete kilómetros del centro de Higüey, salió la sustancia que los laboratorios de GH geochemical Services, LTD, en Bebington, Inglaterra, calificaron como hidrocarburo natural de buena calidad.

“Fue hace siete meses. Un día de mucho calor un amigo (Geraldo Ciprián), su hijo y yo vinimos a bañarnos al río. Estábamos buscando jaibas cuando el muchacho entró la mano en una zona caliente, de donde salía un fuerte olor”, cuenta Cordones, quien no esperó para dar el reporte a la Dirección General de Minería. Los técnicos de la entidad, acostumbrados a recibir falsas alarmas, llegaron al mes, guiados por el regidor, “porque ni los campesinos de la comunidad saben dónde está el punto preciso”.

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