Voces y ecos
rafaelperaltar@gmail.com
De una conversación con un
apreciado amigo, quien es, ante todo, un experimentado jurista con
experiencia en instituciones públicas, ha surgido este artículo que gira en
torno a la irracional actitud de los líderes de la contrarreforma frente a la
propuesta de modificación a la Constitución introducida por el presidente Luis
Abinader.
El abogado no milita en partido político alguno, pero sí atesora gran
experiencia en el ramo por su desempeño, sobre todo, como autoridad electoral.
Él tiene anotado que la oposición ha tildado la reforma constitucional, aún no
discutida por el Congreso Nacional, con cuatro adjetivos que resultan
enteramente falaces y fingidoras.
Las calificaciones de esos voceros de la contrarreforma son: riesgosa,
innecesaria, improvisada y propagandística. Mi amigo, el veterano jurista, se pregunta: ¿Qué prueba
tienen ellos de que es riesgosa si han emitido sus opiniones antes de conocer
el proyecto? Y también pregunta: ¿Cómo llegan a esa conclusión? ¿Es que son
adivinos?
En cuanto a la referencia a si es
necesaria o no una enmienda a la Carta Magna, el abogado ha juzgado prematuras las apreciaciones de la
oposición. ¿En qué se fundamentan para esa apreciación? ¿No se dan cuenta de
que pecan de ligereza? Deja ver que
esos señores solo piensan en cuestiones momentáneas.
Aunque se trataba de una conversación privada, mi amigo evitaba
incursionar en argumentaciones de carácter partidario, e insistía en preguntar:
¿Cuál es el riesgo?, ¿cuál es el perjuicio? Cuestiona la afirmación de que la
propuesta de reforma sea improvisada: ¿Quién ha visto apresuramiento en esto?
¿Quién ha demostrado prisa?
De hecho, se ha anunciado con suficiente anticipación y se ha dado
oportunidad de expresarse, mediante
consulta, a diversos sectores sociales y profesionales. Ni siquiera se ha
sometido a debate el proyecto de ley
mediante el cual debe autorizarse la convocatoria a la Asamblea Nacional, a la
cual corresponde introducir los cambios.
¿En que beneficia al presidente Abinader la reforma a la Constitución?
Eso plantea mi amigo. Además, pregunta: ¿En qué perjudica a la sociedad que una
persona no pueda gobernar más de dos periodos? La conducta asumida cuando
gobernaron les impide creer que un gobernante sea diferente a ellos.
A los voceros de la contrarreforma no les importan
las razones acerca de la pertinencia de
los cambios que incluye la propuesta de reforma constitucional. Para ellos, es
una oportunidad de hacerse notar con fines politiqueros. Por eso me parecen
tan pertinentes las preguntas del jurista, cuyo nombre no revelo por tratarse
de una plática privada.
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