EMPRESAS RESPONSABLESRD -
Por Fernando Legrand
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Fernando Legrand – Coordinador Regional de CapacitaRSE, |
La Economía Circular está pidiendo autorización
para aterrizar en América Latina y Caribe. A fines de 2018 lo hizo en Colombia,
que se convirtió en el primer país de nuestra región en contar con una Política
Nacional.
Previamente, Chile había avanzado con la Ley de
Responsabilidad Extendida del Productor, y más recientemente con la prohibición
de entregar bolsas plásticas en comercios, iniciativa también vigente en el
Perú.
El tema ya empieza a tomar dimensión a través
de diversas iniciativas de Negocios Sostenibles que tienen a la Economía
Circular como su horizonte de máxima eficiencia.
Lograr mayor
eficiencia y sostenibilidad
Porque precisamente, un aspecto crítico en
estos procesos es el de lograr una mayor eficiencia y sostenibilidad de los
procesos de producción a través de los materiales utilizados, por un lado, y
trabajar en sistemas de posconsumo que aseguren el ciclo circular de cada
producto.
Desde 1970 hasta hoy día, hemos triplicado la
cantidad de materiales en uso. Pasamos de casi 27tn en 1970, a 92 en 2017. Y
eso pasa porque creemos que todo lo que queremos lograr y fabricar es posible
porque los recursos son infinitos. ¡Pero No!
Estamos consumiendo más de la cuenta. Cada año
el día de sobregiro de la Tierra, que es el día en el que consumimos los
recursos disponibles para todo el año se adelanta. Y esa, no es una buena
noticia. En ese contexto, solo el 9% de nuestra economía global es Circular
según el último Circular Gap Report. Es necesario ser aún más ambiciosos.
Estamos consumiendo más de la cuenta. Cada año
el día de sobregiro de la Tierra, que es el día en el que consumimos los
recursos disponibles para todo el año se adelanta. Y esa, no es una buena
noticia.
El uso de materiales biodegradables, que en
nuestra región se encuentran sin mucha dificultad, y de materias primas que
aseguren un ciclo sostenible durante su vida útil son dos factores más que
relevantes para que las empresas comiencen a desarrollar estrategias de
producción enfocadas en la Economía Circular.
Y en este punto es importante hacer una
salvedad: la Economía Circular no es una versión mejorada del Reciclaje. Éste
es apenas un proceso más (y de hecho, de última instancia) al que en
definitiva, deberíamos evitar que lleguen las partes de nuestros productos.
“… la
Economía Circular no es una versión mejorada del Reciclaje. Éste es apenas un
proceso más (y de hecho, de última instancia) al que en definitiva, deberíamos
evitar que lleguen las partes de nuestros productos”.
Previo a ello, la empresa debe implementar y
asegurar a los usuarios de sus productos contar con opciones de Mantenimiento,
de Compartir (por ejemplo, el Carsharing que ya activaron marcas como Nissan o
Toyota), de Reparación, de Reutilización, y de Refabricación a partir de
componentes que aún sean útiles.
De este modo, la empresa ahorrará muchos
recursos e impacto negativo por el gasto energético, de emisiones y
contaminación que podrían ir asociados por el solo hecho de desechar un
producto así sin más.