11 de septiembre de 2023

Negligencia y saqueos de buzos en la demolición

 Más de 10 personas se encontraban en la zona rebuscando la zona y martillando las ventanas de los comerciales que fueron afectados por el siniestro en San Cristóbal

El ambiente en el área de la explosión sigue siendo tenebroso. Jorge Martínez/listín diario

AUDRY TRINIDAD

Santo Domingo, LD.- En medio del mal olor y los escombros, los llamados “buzos” han invadido las inmediaciones de lo que era Casa Toledo y otras edificaciones aledañas con el fin de recolectar metales y venderlos, mientras que los afectados por la explosión denuncian que no han recibido ayudas del Gobierno.

La mañana de este domingo un equipo trabajaba en la demolición del lugar, sin embargo, los moradores indicaron que los trabajos fueron pausados por la avería de la maquinaría.

La situación fue aprovechada por niños, adolescentes y adultos que ponen su vida en riesgo para recolectar varillas y otros metales los cuales venden para “buscarse el peso”. José Raymundo Rivera, uno de los recolectores que se encuentran en la zona cero de la explosión dijo a reporteros de Listín Diario que “eso lo hacemos nosotros para buscarnos el peso. Aquí vienen camioneros y otros muchachos a ver qué consiguen”.

Raymundo Rivera declaró que venden las varillas e hierros a 100, 200 pesos, dependiendo de la cantidad y el valor que tengan.

Más de 10 personas se encontraban en la zona rebuscando la zona y martillando las ventanas de los comerciales que fueron afectados por el siniestro, con el fin de sacar metales, los cuales acumulan en sacos y posteriormente, venden a un camión que se encuentra a una esquina del lugar.

La llegada de los buzos ha traído el descontento de muchos moradores, quienes aseguran que han sido víctimas de robo en sus hogares que han sido ejecutados por los recolectores.

Martina Mateo afirmó que fue víctima de robo en su casa, que fue una de las afectadas por la detonación. Según narró Mateo, su casa se encuentra al lado de Casa Toledo y sufrió fuertes daños, esto provocó que se viera obligada a abandonar su vivienda junto a sus dos hijos y refugiarse en un lugar “que le prestaron”.

La lugareña contó que su casa estaba cerrada con dos candados, pero que al visitarla esta mañana se percató que la seguridad había sido burlada y le habían robado algunos artículos del hogar.

“Estamos pasando el Niágara en bicicleta con estos buzos y ladrones”, apuntó.

Martina denunció que las autoridades no han hecho un levantamiento o se han acercado a ella para evaluar los daños de su hogar, al que a casi un mes de la explosión, no ha podido regresar. Asimismo, indicó que es propietaria de una tienda de juguetes ubicada en la zona cero, la cual ha mantenido cerrada desde que ocurrió el hecho.

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