Miguel Mejía
A Iván lo conocí en los años 70 y de manera
más cercana a partir de 1978 cuando salimos de la cárcel por la amnistía
promulgada por el entonces presidente Antonio Guzmán Fernández, cumpliendo con
una oferta de campaña. En esa época comenzamos a construir la unidad de la
izquierda dominicana, en su primer intento con Izquierda Unida (IU),
continuando con lo que fue la fusión unitaria del Movimiento por el Socialismo
(MPS) y el Partido Comunista Dominicano (PCD) que formaban la Unidad
Socialista, para dar paso al Frente de Izquierda Dominicano (FID).
Iván era de la delegación de línea roja,
posteriormente Partido de los Trabajadores Dominicano (PTD) y en todo ese
proceso de construcción de la unidad de la izquierda tuvimos una convivencia
casi cotidiana, lo que me permitió conocerlo de manera muy cercana, de igual
forma a su esposa doña Miriam, a sus hijos Junior, Jorgito e Ivania. Tengo dos
amigos con el nombre Iván Rodríguez, el compañero de Villa Francisca, sector
donde nací y me crie, hoy un prominente economista y dilecto amigo, y el otro
Iván, al que dedico este artículo, al que diferenciaba desde aquella época
hasta el día de hoy, como Iván el de Miriam.
Fruto de estas vivencias, en la organización
que me honro presidir, el Movimiento Izquierda Unida, MIU, siempre hemos
guardado un sitial de admiración y respeto a este querido compañero del alma y
de armas, como consideramos a todos los camaradas del movimiento revolucionario
dominicano, en el marco del nacionalismo y el internacionalismo. Para mí, Iván
Rodríguez es un titán revolucionario, un luchador incansable, ejemplo de
generaciones.
No pude asistir a la presentación de su libro
que recoge su experiencia social, política y familiar, porque me encontraba
fuera del país, pero mi amigo tocayo de Iván, contertulio de Villa Francisca,
me narró lo que a continuación comparto.
El homenaje a Iván Rodríguez Pillier
El pasado viernes 1 de septiembre a las 5 de
la tarde, una cantidad significativa de hombres y mujeres, todos con una
trayectoria pura y leal a los principios revolucionarios, con décadas sin
doblarse ante sus ideales, se congregó en el Colegio Médico Dominicano a,
puestos de pies, tributar un merecido homenaje a la larga vida de Iván
Rodríguez Pillier, quien asistió enhiesto como un pino, a recibir este homenaje
con la humildad y la alegría que siempre ha marcado su vida al servicio de las
mejores y patrióticas causas revolucionarias.
En ese gran homenaje hicieron uso de la
palabra hombre y mujeres que han trillado el camino revolucionario con Iván.
Narciso Isa Conde, pronunció palabras emotivas, salidas del corazón, que
describieron la entrega de Iván a la lucha por un mejor país. Manuel Salazar,
expresó cómo la vida de Iván impactó en la formación y entrega política de una
generación de combatientes por los principios revolucionarios.
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