-Por Andrés Tovar El Caribe
El bullicio de días anteriores desapareció. Donde antes
cientos de personas acudían con la esperanza de multiplicar su dinero, hoy solo
queda un local vacío (tras una advertencia de operación irregular por parte de
la Dirección de Casinos) y decenas de personas con pérdidas económicas
irreparables. Las historias son lamentables: muchos vendieron sus motores,
empeñaron vehículos o invirtieron sus ahorros completos confiando en la
supuesta “vuelta” de ATB.
Lo más alarmante no es solo la cantidad de dinero
perdido, sino la facilidad con la que las personas se dejan influenciar por
estos esquemas. Estafas como las de ATB Football seguirán pasando hasta que el
dominicano se dé cuenta que nada (legal) es gratis, regalado o fácil en esta
vida
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