El documento clasificado número 104-101214-10034, hecho público recientemente por el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, registra todas las conversaciones y planificaciones que mantuvieron las agencias de inteligencia norteamericanas en el país con conspiradores dominicanos para la caída del régimen.
Paul Mathiasen
SANTO DOMINGO, LD.- Durante una de las conversaciones
entre el encargado de la estación que mantenía la CIA en Santo Domingo y el
doctor Ángel Severo Cabral, uno de los principales conspiradores dominicanos
contra el régimen de Rafael Leónidas Trujillo, habrían hablado de la
posibilidad de asesinar al dictador en “silencio” pero con posibles efectos
colaterales.
El documento clasificado número 104-101214-10034, hecho
público recientemente por el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald
Trump, registra todas las conversaciones y planificaciones que mantuvieron las
agencias de inteligencia norteamericanas en el país con conspiradores
dominicanos para la caída del régimen. Y, en una de ellas, se habla de una
posibilidad que afectaba a otra persona.
El 18 de marzo de 1961 el jefe de la estación de la CIA
en Santo Domingo, Robert Owen, conoció al doctor Cabral, quien le informó de un
posible plan para asesinar a Trujillo.
Owen lo narró así: “Su grupo (asesinato) planea ahora lo
siguiente: El grupo conoce la identidad de la amante de Trujillo en la capital.
Él suele visitarla una vez por semana o una vez cada dos semanas. Suele ir a su
departamento incógnito y con poca vigilancia. El grupo aparentemente tiene
alguien en el edificio que puede alertarlos cuando él (Trujillo) vaya de
visita.
Vestidos de militares, un pequeño grupo planea ir a la
entrada, distraer al guardia con un pretexto, despacharlo a él o ellos en
silencio, ingresar al departamento e intentar asesinarlo (a Trujillo), también
posiblemente a la amante, en silencio”, concluye la narración.
Para llevar a cabo este plan, Owen indicó que el grupo
solicitó cinco M-3 (subfusil) o ametralladoras similares, así como alrededor de
1500 rondas de municiones para “defensa personal” en caso de un tiroteo.
Finalmente, indica que Severo Cabral pidió formalmente al
gobierno de los Estados Unidos que consiga los elementos lo más pronto posible
mediante la vía que ellos consideraban “segura”. “Es evidente que él (Severo
Cabral) está preocupado por la entrega por otras vías, ya que esto podría
comprometer todo el proyecto. Obviamente, él puede contar solo con que un grupo
reciba las armas y la tarea de asesinato”, puntualizó Owen.
Durante gran parte del documento de 64 páginas que sólo
habla del asesinato del tirano, también se mencionan otros nombres de personas
que fungieron como los "principales conspiradores dominicanos".
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