Archivo del blog html

11 de octubre de 2024

La presentación simultánea de propuestas clave abre la preocupación por el riesgo de las decisiones apresuradas


 Se sabía que una ola de reformas estaba en camino en República Dominicana. De hecho, desde el Ejecutivo, se había anunciado con antelación la intención de impulsar transformaciones clave: la reforma constitucional, la reforma fiscal, la laboral y la reestructuración del Estado, con la fusión de instituciones y la eliminación de otras.

Sin embargo, lo que nadie esperaba era que todo esto quisiera hacerse de manera apresurada, con las propuestas siendo presentadas prácticamente de una semana a otra, en unos casos, y juntas en otros. Esta velocidad ha generado preocupación en distintos sectores, especialmente porque no parece haber una razón que justifique tal premura.

Incluso, desde ya se ha advertido tener cautela, para evitar que entre una cosa y otra, se meta “gato entre macuto”, o que se pase “gato por liebre”.

En la historia reciente del país, es casi una tradición que los gobiernos, tras asumir el poder, introduzcan reformas en su primer o segundo año de gestión; el que encabeza Luis Abinader se ve ahora muy dispuesto. Desde las elecciones de 1978, ha habido múltiples ejemplos de administraciones que, en sus primeros meses, han planteado y ejecutado cambios importantes.

Pero esto no significa que esos paquetes de reformas deban ser enviados al Congreso de manera tan aglomerada como se está viendo ahora. Incluso en casos en que los cambios se implementaron en los primeros cuatrimestres de gobierno, se optó por hacerlo de manera escalonada y no mediante una presentación conjunta de todas las propuestas. Lo de ahora apunta a sorprender.

Concretamente, el Gobierno “ha soltado de golpe” -y sin dar espacio para hacer la digestión- el tema de la reforma fiscal, la reestructuración de las instituciones del Estado, la reforma constitucional (sometida al Congreso el 19 de agosto), la reforma laboral y a eso hay que sumar la presentación del Proyecto de Presupuesto General del Estado para 2025, que si bien se hace para cumplir un mandato de ley, debe ser considerado para el abordaje en cuestión. Otro tema de alta relevancia es la elección de los miembros de la Junta Central Electoral, que si bien no sale de “la cocina” del Poder Ejecutivo hacia el Legislativo, ni es de su incumbencia, amerita la atención y del “ojo de la sociedad dominicana”. Sobre esto, ya se agotó en el Congreso la fase de recepción de expedientes de los aspirantes y la parte de depuración (cuáles califican o no para ser evaluados).

Manda uno y luego más

El Ejecutivo tiene bastante ocupados a los senadores y diputados y la pregunta que salta es qué tanto podrán éstos respirar “entre una cosa y la otra”. “Evitemos tomar decisiones que, por la rapidez con que estarían siendo aprobadas, terminen creando males estructurales permanentes”, advirtió ayer el senador Omar Fernández (Fuerza del Pueblo-Distrito Nacional), en un documento de prensa.

No hay comentarios: