Walter Schmidt Clarín | 7 Minutos
Argentina.- Muchos le atribuyen la máxima al Emperador Julio César;
otros la asignan a “El arte de la guerra” de Sun Tzu; hay quienes se la
adjudican a Nicolás Maquiavelo; y entre otros de los posibles autores también
figura Filipo de Macedonia. Lo único cierto es que el axioma “Divide y
reinarás” ha trascendido todos los tiempos con la misma eficacia y toma
vigencia, una vez más, en la política local. Sin mover demasiadas piezas,
Javier Milei ha reconfigurado el ajedrez político, con un reacomodamiento de
partidos y coaliciones que parece inexorable.
El peronismo, con el núcleo que lidera Cristina Kirchner, se ha reducido
a su mínima expresión en 40 años. Solo emerge un discípulo de la
exvicepresidenta como Axel Kicillof. Sin embargo, sumado a un dirigente
funcional como el riojano Ricardo Quintela, con muy poco le alcanza al
gobernador bonaerense para obstruir el camino de Cristina hacia la presidencia
del PJ nacional, que debería ser un trámite.
En simultáneo, a la desaparición de Juntos por el Cambio se suma la casi
segura ruptura en el bloque de diputados del radicalismo. Se irían los
legisladores que responden a Facundo Manes y de Martín Lousteau. La división
tiene un solo motivo: la discrepancia de cómo pararse frente a Milei.
El PJ y la UCR, dos sellos que supieron repartirse el poder político en
las décadas de los ochenta y los noventa, transitan por una metamorfosis de
final incierto mientras buscan sobrevivir. Tal vez no sean más que un ejemplo
del fin de los partidos nacionales.
¿Empezamos con las noticias? Que tengas un buen martes.
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