Esta tarde se conocerá el dato oficial de la inflación de marzo pero los
argentinos la venimos sintiendo en el bolsillo.
En los primeros tres meses del año, los salarios en blanco acumularon
una pérdida de 19% frente a la suba de los precios, y la caída del poder
adquisitivo llega al 26% si se consideran los últimos 12 meses.
Al mismo tiempo, en la Ciudad de Buenos Aires, donde la inflación del
mes pasado fue de 13,2%, una familia tipo tuvo que ganar más de $ 1.150.000,
sin contar el alquiler, para ser considerada de clase media.
Con la inflación en baja pero sin freno, las distorsiones de precios se
profundizan. Y, en el marco de la desorientación general, volvió un clásico de
los años 90: el consejo “Camine, señora, camine” de Lita de Lazzari. Es que
existen diferencias de precio de hasta un 50% para un mismo producto, según
dónde se compre.
Las previsiones apuntan a que para abril el índice de precios seguirá en
dos dígitos y recién en mayo podría tocar el 9%. Es decir, habrá que seguir
caminando largo rato.
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