Licda. Beatriz Cruces (Argentina)
Trabajadora Social - Asesoramiento a Terapeutas
– Supervisiones Individuales y Grupales -Terapeuta Familiar en Múltiples Miradas
Pensaba ayer que en el 2010, estuvimos con Evangelina,
en el Canal 10 hablando del estrés de las fiestas, preocupadas por brindar
un mensaje espiritual que permitiera a las personas conectarse con el verdadero sentido de la Navidad
y del cambio de año.
Alejarse del consumismo, de reuniones anuales que
en muchas ocasiones se convierte en espacios de disputa, de reclamos
inapropiados, de recuerdos que afectan el equilibrio emocional de los que hayan
sufrido pérdidas irreparables, de reparaciones a través de regalitos navideños
de alto costo y escasa inversión
emocional, era parte de la propuesta.
A partir de ese momento, para muchos, se inició la
“versión 2012″, ¿qué pasaría con el universo? Se comienza a hablar del
fin del mundo, de cambios a nivel de la tierra, de la iniciación de un ciclo espiritual.
Y es, desde ese lugar, que
me gustaría reflexionar en este particular momento en que se
aproximan las fiestas de fin de año 2012-2013.
Los mayas dejaron escritos que ponen énfasis en este
punto, pero al mismo tiempo, se suceden los tsunamis, los terremotos, los
tornados, huracanes, inundaciones, torrentes de agua en apenas instantes,
fenómenos desconocidos por una humanidad acongojada, perturbada, desorientada,
desorganizada, y por sobre todo descontenida, quizás, buscando afuera lo que no
se atreven a buscar dentro de sí mismos.
Este es el punto: ¡¡crecer espiritualmente!!
El 2012 nos convoca a ese cambio, para algunos iniciación, y
profundización para otros: ¿cuál sería el camino? ¿lo religioso? ¿las
enseñanzas orientales? ¿los profetas de todos los tiempos?… no sabemos….
Somos libres, y tal condición nos
permite elegir caminos que puedan transformar la realidad de nuestras
vidas, y la de los que nos rodean.
Se inicia un tiempo que nos convoca a una toma de
conciencia, a abrir espacios internos con la llave de la espiritualidad.
Todos nacimos con la posibilidad de gozar el descubrimiento de la paz
interior y la plenitud.
Podemos proponernos ir al encuentro de una nueva vida:
más sabia y más profunda.
Pero frente a una “hecatombe” como la que se
enuncia, nadie puede pensar tranquilo, la inquietud mental nos coloca en
actitud de guerra con nosotros mismos.
Lo que más nos aleja del estado de paz es el
estado de conflicto, y si en nuestro sistema de creencias estamos convencidos
de que existe un ser superior, o Dios, nos podremos sentir parte de
esa gran inteligencia, a la que sólo accedemos desde la conciencia.
Dejemos reinar el amor, recordemos que desde la mitología griega existía la
creencia de que el aire era considerado una especie de “Dios del bien”,
entonces dejemos al
amor fluir como el aire, como generador de ciertas cualidades espirituales que
podrían transformar nuestras vidas y como consecuencia el universo.
¡Permitamos que el amor penetre en nuestras vidas!
Felices Fiestas lectores de nuestro blog, Felices
Fiestas equipo de Múltiples Miradas, y sigamos con nuestra única consigna:
ayudar con ¡¡¡ Ciencia y Amor!!!
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