El Cañero

26 de noviembre de 2010

CARIBES, EN EL LENGUAJE DE FERNANDO VARELA

Por. Abil Peralta Agüero.

Santo Domingo._ Los espacios de exposiciones temporales de la firma EL CATADOR, como forma de enriquecer el contenido de sus actividades sociales y culturales de navidad y fin de año presentan desde el pasado 10 de noviembre, la exposición individual “CARIBES” del pintor dominicano FERNANDO VARELA, la cual contó con la presencia de personalidades del mundo diplomático, político, artístico y social, así como coleccionistas, y amigos, quienes compartieron con el artista y familiares, durante la velada inaugural en el piso ejecutivo de esta prestigiosa empresa.
FERNANDO VARELA, siguiendo la práctica y la ética el proceso creador del gran arte nos ha ofrecido desde la simiente, conciencia y materialidad de su propia obra, la que a lo largo de sus 36 exposiciones individuales ha podido crear, construir, manipular y exponer libremente su arte sustentado en sus seguridad personal y profesional durante las últimas tres décadas. Historiadores de arte, críticos y curadores de las más variadas escuelas y corrientes del arte dominicano, coincidimos en reconocer en VARELA y la naturaleza estética y conceptual de su obra a uno de los fenómenos creativos mejor sustentados y validados de la vanguardia dominicana de los siglos XX y XI.
Su obra lo define como un contemporáneo vital y visceral, propietario de un discurso asociad o a las iluminaciones que aporta la tradición de lo sagrado y a una estructura y visión conceptual del arte, que define racionalidad e ideología critica en su visión para ver y sentir los más variados acontecimientos sociales que actúan como afectación sobre la condición humana.
El clima de obra total de VARELA se rige por el canon filosófico de lo místico y de lo sagrado, propuesto bajo un criterio y concepto de carácter antropocéntrico, no separado, ni planteado como una filosofía del hombre como expansión de la divinidad cósmico céntrica común a todas las religiones que han normado los credos de fe en occidente, oriente u oriente medio; pero tampoco en el escenario del Caribe Antillano, donde su arte ha sido testigo de una distorsionada valoración de la vida y de la naturaleza humana.
La poética de su atmosfera visual, tanto en la pictorialidad de su obra sobre tela, como en su arte sobre papel, la administrado desde una estilística y alfabética polivalente, como desde unos constructos plásticos de contenido multisemicos, asumiendo con inteligencia el concepto y principio teórico de obra abierta, que nos plantea Humberto Eco.
Concretamente, las estructuras plásticas y discursivas correspondientes a sus exposiciones “SUITE SATIE”, presentada en el 2001; “LAISLAAISLA”, presentada consecutivamente en los años 2003 y 2005; y su muestra “LA PALABRA CALLADA”, presentada consecutivamente en los años 2005 y 2006, revelan el arte de un hombre que decidió y honor a su propia identidad y existencialidad, la inmanencia del ser y proyectar su yo místico, desde el acto supremo del YO SOY, del que nos habla el pasaje como definición de la supremacía del YO en palabras de Jesucristo, consciente de su condición de ungido llamado a plantar en la humanidad, el amor, la solidaridad y la resistencia en los casos en que fuere necesario.

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