La empresaria nos habla en esta entrevista sobre sus tres ciudades imprescindibles, lo que significan para ella y cómo disfruta de su vida entre aeropuertos.
POR VANITY FAIR PARA
AENA
Adriana Abascal se
siente, por encima de todo, una privilegiada: “cada cultura, cada país te
aporta, te educa, te motiva. El poder hacer un poco de vida en cada ciudad es
para pellizcarse de la suerte. Tener la oportunidad de estar expuesta a todos
estos paisajes, gastronomías, culturas… Es muy enriquecedor”. Abascal pasa la
mitad de su vida viajando de una ciudad a otra, principalmente por su trabajo,
al frente de la marca de calzado que creó en el 2020, pero también por el hecho
de tener a su familia y amigos repartidos por el mundo
La pequeña de los hijos
que tuvo con el expresidente de Telefónica Juan Villalonga, estudia en Londres,
su hijo Diego está en Los Ángeles y la mayor, Paulina, se marchó a estudiar a
San Francisco. En España tiene un nutrido grupo de amigos, con la diseñadora
Rocío Peralta a la cabeza. Ella le ha ayudado a penetrar en la cultura andaluza
como nadie, “Sevilla es una ciudad mágica”, relata Abascal, “pero para mí el
vínculo con una ciudad tiene mucho que ver con la gente y en Sevilla tengo muy
buenos amigos. Rocío Peralta es una de mis mejores amigas y con ella he podido
adentrarme en su cultura y conocer gente fantástica. Si tuviera que comparar
Sevilla con una mujer, diría que es arrolladora”.
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