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27 de noviembre de 2025

Andrew Garfield: “Me genera mucha curiosidad la gente que se autoengaña creyendo que debería gobernar el mundo”

Hablamos con el actor dos veces nominado al Oscar sobre Caza de brujas, el rumor más loco que ha escuchado sobre él y cómo ha sido interpretar a Sam Altman (de nuevo a las órdenes de Luca Guadagnino).

Por Rebecca Ford    Vanity Fair

Fotografía de Theo Wenner

Andrew Garfield trata de recordar qué ha comido; algo importante únicamente porque está tratando de decidir qué cenar. A su vez, esto es relevante solo porque el actor de 42 años está encadenando varios proyectos grandes a una velocidad propia de Spider-Man y tiene que mantenerse delgado.

Es natural que haya cierta confusión cuando uno rueda tres películas tan seguidas: está Artificial, de Luca Guadagnino, en la que interpreta a Sam Altman, el CEO de OpenAI (“Es un tipo menudo y delgado de 40 años”); luego The Uprising, de Paul Greengrass, en la que interpreta al líder de una revuelta campesina de la Inglaterra del siglo XIV (“tengo que estar muy fuerte, pero también esbelto y ágil, como un trabajador”) y una serie limitada de Apple TV en la que se transformará en el showman Roy Horn, del dúo Siegfried & Roy. “Es un hechicero y semidiós esculpido; un semihumano majestuoso, la reencarnación de un tigre, flexible, muscular y fuerte”, describe.

La película de Altman supone cerrar un círculo un tanto surrealista para Garfield, que saltó al estrellato en 2010 después de interpretar al cofundador de Facebook, Eduardo Saverin, en La red social, la obra maestra de David Fincher. A Garfield le han ofrecido otros papeles en historias sobre cómo la industria tecnológica cambia el mundo, pero hasta ahora los había rechazado todos. “He estado muy, muy acobardado con otras películas que tratan sobre el mismo mundo. Y, aun así, quise sumergirme en la psique de un tipo que sale ganando porque yo interpreté al que se podría decir que sale perdiendo por ser demasiado sentimental”, explica.

La experiencia atenuó parte de sus miedos en torno a la inteligencia artificial y acentuó su fascinación hacia las mentes que la impulsan. “Sea inevitable o no, no sé si alguna vez lo sabremos, porque ellos sin duda se están asegurando de que lo sea con ese empujón de propaganda. Me genera mucha curiosidad la gente que se autoengaña —o tal vez sea cuestión de confianza en sí misma— creyendo que debería gobernar el mundo”, reflexiona.

Desde que protagonizó La red social, el actor dos veces nominado al Oscar ha trazado una carrera profesional definida por el riesgo y la versatilidad: desde superhéroes (The Amazing Spider-Man) hasta curas jesuitas (Silencio), pasando por genios artísticos (¡Tick, Tick…Boom!), detectives torturados (Por mandato del cielo) y protagonistas románticos tiernos atravesados por el luto (Vivir el momento). Gravita hacia los personajes cuya naturaleza distan de la suya, pero Caza de brujas de Guadagnino, en la que interpreta a un profesor acusado de abuso sexual, lo llevó más al límite que la mayoría. “Fue realmente terrorífico. La verdad es que nunca he interpretado un papel con la oscuridad de esta persona”, reconoce.

Su actual sprint creativo contrasta profundamente con la quietud deliberada que persiguió en 2022. Pasó más de un año alejado de la actuación, y se refiere a aquella pausa como “un período de tiempo en el que quise descansar. Solo quise reflexionar”. Con el paso de los años, se ha vuelto más concienzudo a la hora de mantener ciertas partes de su vida en la intimidad. Ahora se niega a hablar con la prensa sobre su vida sentimental. “Lo siento como una violación de mi mundo interior, de mi privacidad. Pensé que en algún momento se suavizaría, pero me sorprende mucho decir que no ha sido así”, explica.

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