Por: Daniela Blandón Ramírez
La estadounidense Flavors & Fragrances, las suizas Givaudan y
Firmenich y la alemana Symrise están entre las mayores firmas mundiales de
fragancias. Sus clientes van desde las finas perfumerías hasta los más
discretos fabricantes de productos de aseo y hogar.
La industria mundial de los aromas, valorada en miles de millones de
dólares, crea y elabora fragancias finas para marcas como Calvin Klein, Hugo
Boss, Gucci, Louis Vuitton, entre muchas otras, al tiempo que diseña el olor
para productos de empresas tan grandes como Procter & Gamble o
Colgate-Palmolive.
Sin embargo, para la entidad suiza antimonopolio y para sus pares en
Reino Unido y la Unión Europea, estas firmas habrían incurrido en una práctica
poco glamourosa: "coordinar su política de precios, prohibir a sus
competidores abastecer a ciertos clientes y limitar la producción de ciertas
fragancias". En pocas palabras, se habrían aliado ilegalmente en lo que se
conoce como colusión.
La Unión Europea reconoció que allanó algunas de las sedes de estas
empresas en busca de información y el organismo de control británico también
dijo que recopilaría documentos y se puso como límite principios de 2024 para
tener resultados.
"A la Comisión le preocupa que las empresas y una asociación en la
industria de las fragancias en todo el mundo puedan haber violado las normas
antimonopolio de la UE que prohíben los cárteles y las prácticas comerciales
restrictivas", dijo el ejecutivo del bloque de 27 países en un comunicado.
De ser encontradas culpables, estas multinacionales se enfrentarían a
multas de hasta el 10% de su facturación global por violar las normas
antimonopolio de la Unión Europea.
Con Reuters