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14 de septiembre de 2025

Barrios rechazan repitan práctica de Domingo Savio

 Juan María Ramírez   HOY

Miles de casitas ocupan márgenes de los ríos Ozama e Isabela en el gran Santo Domingo. Guillermo Burgos

Moradores en sectores cercanos a los ríos Ozama e Isabela no quieren que el Gobierno repita lo del Nuevo Santo Domingo Savio (NDS) de reubicar personas sin garantizar un destino más digno. Reaccionan a la emisión del decreto 531-25, que declara de alta prioridad la intervención y recuperación de los ríos Ozama e Isabela. Esperan que la reubicación anunciada implique llevar familias a lugares dignos.

En tanto, Ciudad Alternativa alerta que debe ser garantizado el derecho de familias con más de 60 años en los barrios a ser impactados. Ricardo González, su director ejecutivo, trae a colación la práctica de la Unidad para la Readecuación de Barrios y Entornos (URBE) de sacar familias de los barrios La Ciénaga y Los Guandules y entregar dinero sin viviendas en lugares seguros.

Considera que, debido a políticas erradas de desocupación, gran parte de las familias a ser removidas en lo adelante de los más de 10 sectores de las márgenes serían de las mismas sacadas de La Ciénaga y Los Guandules para dar paso al NDS.

El decreto designa a la URBE y al Ministerio de Medio Ambiente responsables de la ejecución y supervisión del proyecto, en el ámbito metropolitano del Gran Santo Domingo.

Tiene con propósito de lograr la regeneración física, urbana y ambiental de los terrenos ubicados en las riberas actualmente ocupados por asentamientos humanos.

Precisa que tienen documentado que la mayoría de las familias que salieron del NDS terminaron en orillas de cañadas, zonas pantanosas cerca del río, pero los que lograron construir algún tipo de vivienda entran en la lista del déficit habitacional.

“El crecimiento que ha tenido la zona de Las Lilas, en Los Tres Brazos, los humedales del Ozama, la parte baja de Gualey y Las Cañitas, provienen de Domingo Savio, de donde fueron sacados, porque no tuvieron otras alternativas con los limitados recursos que recibieron”, apunta González.

Señala que no es que a la gente guste vivir a orilla de los ríos, sino porque es en eso lugares donde tienen acceso, porque con los recursos que les entregan no puede comprar en lugares dignos. “Entonces, esa práctica, el Estado dominicano debe erradicarla, porque no podemos trasladar el déficit habitacional a otras zonas vulnerables, porque lo que se precisa es disminuir el déficit habitacional”, subraya.

Sugiere al Gobierno poner en práctica el Plan Decenal de Viviendas que fue trabajado por toda la sociedad, el Estado y todos los sectores que intervienen en proyectos habitacionales, de donde salió un diagnóstico sobre lo que hay que hacer.

Otro decreto

En 2014 se emitió el decreto 260-14, que buscaba el mismo propósito que el 531-25, pero concentrado en las cuencas baja, media y alta de los ríos Ozama e Isabela, que provocó articular a todos los cabildos que se conformaron en una gran Mancomunidad del gran SD, instituciones del gobierno y entidades sociales, empresariales y ambientales.

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