Por Miguel SOLANO - REDACCION PRENSA Y GENTE
EL Referente cultural básico de la civilización
occidental es la Biblia, el viejo y el nuevo testamento. Las historias bíblicas
forman las bases de las creencias, el carácter y los valores morales de
nuestras grandes poblaciones, sin importar el idioma.
En América, por ejemplo, hay una enorme diversidad racial
y su principal idioma es el español, pero todo su componente moral es bíblico,
básicamente cristiano, derivado del nuevo testamento.
En China toda la base moral, todo el carácter, toda la
forma de vida está fundamentada en El Arte de la guerra, de SUN TZU. Y es la
base operativa de la cultura empresarial, de los departamentos gubernamentales,
de la plataforma científica, del mundo académico, de la estructura familiar,
del liderazgo político.
Cuando usted hable con un chino observe la reacción de
sus facciones ante cualquier planteamiento o pregunta que usted le haga. Si
puede ver el movimiento en su interior descubrirá que antes de darte su
repuesta piensa en cuál principio de El arte de la guerra debe basarse. Esa
conducta está en su ADN.
Por mas de 200 años Estados Unidos se manejó con un
método de análisis de conflictos insuperable. Si a un presidente norteamericano
le venían con un problema, local o mundial, ese mandatario tenía derecho a
hacer tres preguntas:
1- ¿Cuál es el problema?
2- ¿Cómo nos afecta internamente?
3- ¿Cuáles son las opciones?
Con esa metodología, sencilla, hija del sentido común, la
toma de decisiones sabia estaba asegurada, estuvo asegurada.
Pero el imperio nunca se había topado con un escenario
donde las opciones no tuviesen alternativa. ¿Puede darse ese caso? ¿Puede
llegar el momento donde las opciones no tienen alternativa? Sí, puede llegar y
llega.
Una cuenta bancaria de más de 50 mil millones de dólares
no impidió que Steve Jobs falleciera de un cáncer de páncreas. Ese cáncer fue
el asesino mundial del 5 de octubre de 2011.
El imperio norteamericano está luchando con unas opciones
sin alternativa, mientras el cáncer de páncreas hace metástasis. Trump Le
impone impuestos y sanciones a China, especialmente a HUAWEI y quiere obligar a
las empresas del mundo a obedecerles.
Apple se derrumba, Google, creyendo que le daba una muestra al mundo de
su poder, cumplió con las sanciones y dejó a HUAWEI sin sistema operativo
Android.
Google ya había tratado de hacerle eso a APPLE y no le
funcionó. APPLE respondió creando su propio ecosistema. HUAWEI sabía que eso
vendría: ¡Perro que muerde una vez vuelve a intentarlo! Así que se preparó y,
muy bien. Google quiso gusanear su indelicada muestra de poder, ofreciéndole a
HUAWEI una licencia de 90 días para que buscase una solución a su dilema.
HUAWEI, como si fuese el general SUN TZU, y sabiendo que dejar al ejército
enemigo sin moral es dejarlo sin almas y sin armas, respondió:
— ¡Gracias, no la necesitamos!