La Biblia (Antiguo Testamento)
- Ahora, así dice Yahveh tu creador, Jacob, tu plasmador, Israel. "No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío.
- Si pasas por las aguas, yo estoy contigo, si por los ríos, no te anegarán. Si andas por el fuego, no te quemarás, ni la llama prenderá en ti.
- Porque yo soy Yahveh tu Dios, el Santo de Israel, tu salvador. He puesto por expiación tuya a Egipto, a Kus y Seba en tu lugar
- dado que eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo. Pondré la humanidad en tu lugar, y los pueblos en pago de tu vida.
- No temas, que yo estoy contigo; desde Oriente haré volver tu raza, y desde Poniente te reuniré.
- Diré al Norte: "Dámelos"; y al Sur: "No los retengas”, Traeré a mis hijos de lejos, y a mis hijas de los confines de la tierra;
- a todos los que se llamen por mi nombre, a los que para mi gloria creé, plasmé e hice."
- Haced salir al pueblo ciego, aunque tiene ojos, y sordo, aunque tiene orejas.
- Congréguense todas las gentes y reúnanse los pueblos. ¿Quién de entre ellos anuncia eso, y desde antiguo nos lo hace oír? Aduzcan sus testigos, y que se justifiquen; que se oiga para que se pueda decir: "Es verdad."
- Vosotros sois mis testigos - oráculo de Yahveh - y mi siervo a quien elegí, para que me conozcáis y me creáis a mí mismo, y entendáis que yo soy: Antes de mí no fue formado otro dios, ni después de mí lo habrá.
- Yo, yo soy Yahveh, y fuera de mí no hay salvador.
- Yo lo he anunciado, he salvado y lo he hecho saber, y no hay entre vosotros ningún extraño. Vosotros sois mis testigos - oráculo de Yahveh - y yo soy Dios;
- yo lo soy desde siempre, y no hay quien libre de mi mano. Yo lo tracé, y ¿quién lo revocará?
- Así dice Yahveh que os ha rescatado, el Santo de Israel. Por vuestra causa he enviado a hacer caer todos sus cerrojos de las prisiones de Babilonia, y se volverán en ayes los hurras de los caldeos
- Yo, Yahveh vuestro Santo, el creador de Israel, vuestro Rey.
- Así dice Yahveh, que trazó camino en el mar, y vereda en aguas impetuosas.
- El que hizo salir carros y caballos a una con poderoso ejército; a una se echaron para no levantarse, se apagaron, como mecha se extinguieron.
- ¿No os acordáis de lo pasado, ni caéis en la cuenta de lo antiguo?
- Pues bien, he aquí que yo lo renuevo: ya está en marcha, ¿no lo reconocéis? Sí, pongo en el desierto un camino, ríos en el páramo.
- Las bestias del campo me darán gloria, los chacales y las avestruces, pues pondré agua en el desierto (y ríos en la soledad) para dar de beber a mi pueblo elegido.
- El pueblo que yo me he formado contará mis alabanzas.
- Tú no me has invocado, Jacob, porque te has fatigado de mí, Israel.
- No me has traído tus ovejas en holocausto ni me has honrado con tus sacrificios. No te obligué yo a servirme con oblación ni te he fatigado a causa del incienso.
- No me has comprado cañas con dinero ni con la grasa de tus sacrificios me has saciado; hasta me has convertido en siervo con tus pecados, y me has cansado con tus iniquidades.
- Era yo, yo mismo el que tenía que limpiar tus rebeldías por amor de mí y no recordar tus pecados.
- Házmelo recordar y vayamos a juicio juntos, haz tú mismo el recuento para justificarte.
- Pecó tu primer padre y tus intérpretes se rebelaron contra mí.
Destituía los príncipes de mi santuario; por eso entregué a Jacob al anatema y a Israel a los ultrajes.