Una víctima narra que la
manipuló tanto que, hasta cuando ella se casó y tuvo su niña, fue él quien
presentó a su hija al Señor en la iglesia.
MARTA QUÉLIZ
SANTO DOMINGO, LD.- Después de
que se destapara la “caja de pandora” que el pastor Johan Manuel Castillo
Ortega mantenía “oculta” en la iglesia Libre, de Los Alcarrizos, han salido a
relucir muchos casos. A este medio vino una de las víctimas, y la madre de una
de ellas.
A su visita la acompañó una
persona que dice llevaba nueve años trabajando con él y nunca se dio cuenta de
nada. “Pero estoy del lado de las niñas, les creo a ellas, porque yo también
soy padre”. Lo dijo con responsabilidad.
Hubo que esperar por varias
horas a una joven agredida, pero finalmente llegó a la Redacción de LISTÍN
DIARIO para contar su amarga experiencia, la que asegura, no se la ha revelado
ni a su familia. “A mí siempre me ha gustado congregarme, pese a que mi familia,
aunque tiene fe, no va tanto a la iglesia. El caso es que me iba hasta con la
vecina. Resulta que, cuando yo tenía 13 años o menos, él comenzó a llamarme con
la cámara encendida y se masturbaba, me decía que eso no era nada, que
prendiera la cámara y nunca la prendí por miedo a que me grabara”. Es fuerte y,
aunque sus ojos estaban a punto de dejar salir las lágrimas contenidas, no lo
permitió.
“Él me hacía ver el abuso como
algo normal, siendo yo tan sólo una niña, y no sólo eso, también me manipulaba
diciendo cosas que me hacían callar porque él se vendía como un corderito”. Fue
a los 16 años que él dejó de abusarla porque ella se mudó del sector.
Una de las cosas que ella
recuerda de esos 11 años atrás, es que el pastor iba en pijama a las
actividades de los sábados para conducir a las chicas que danzaban y actuaban
en la iglesia. Eran varias, y esto es lo que hace suponer a la protagonista de
este relato, que hay una lista larga de afectadas. “Más de 15, mucho más”.
La historia contada por una
víctima del pastor de Los Alcarrizos
Se le preguntó sobre lo más
grave que él había hecho con ella, y no tardó en responder: “Me hizo hacerle
sexo oral en su carro, porque con regularidad acostumbraba a darle ‘bolas’ a la
gente que vivía retirada de la iglesia”. Ella residía en el kilómetro 14 de la
Autopista Duarte y la iglesia está en Los Alcarrizos.
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