11 de enero de 2011

Diferencia de políticos

Ernesto Rymer

Leí en días pasados, en el periódico francés Le Figaro, una entrevista con la ex candidata presidencial del Partido Socialista, la Señora Ségolene Royal.

A la pregunta de si ella desistiría de sus aspiraciones a encabezar de nuevo la boleta de la izquierda en caso de que se señalara a Dominique Strauss-Kahn* como candidato, la Señora Royal contestó: “Si Dominique es designado, yo pondré a su disposición mi experiencia de una campaña electoral por la presidencia... Yo no tendré rencores ni amarguras, si no que me integraré en cuerpo y alma, porque lo importante es que el Equipo gane..."

Eso me trajo a la mente de inmediato las imágenes de nuestros políticos, de todos los partidos, incluyendo el mío, que no saben perder. De antemano ellos están ganados, y si por alguna casualidad eso no resulta así, es porque les han hecho trampa y prefieren "hacer coca", aunque a su partido se lo lleve el...Se cuentan con los dedos de una mano, y sobran dedos, los casos de correligionarios dominicanos que han dado, de antemano, como posible la victoria de su contrincante interno. Y muy pocos son los que han reconocido la derrota con gallardía, una vez pasado el proceso intrapartidario.

Lo normal entre nosotros es que todo el mundo tenga 80% de la preferencia de los posibles votantes, y solo se puede cambiar esa tendencia con la compra de votos, la compra de conciencia, el fraude interno, externo e internacional, por la supremacía del dinero sobre la vergüenza.

La falta de votos nunca se la achacan a lo que es una triste realidad: su falta absoluta de vergüenza.

Si, amigos, la diferencia es GRANDE.

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