Ernesto Rymer
Leí en días pasados, en el periódico francés Le Figaro, una entrevista con la ex candidata presidencial del Partido Socialista, la Señora Ségolene Royal.
A la pregunta de si ella desistiría de sus aspiraciones a encabezar de nuevo la boleta de la izquierda en caso de que se señalara a Dominique Strauss-Kahn* como candidato, la Señora Royal contestó: “Si Dominique es designado, yo pondré a su disposición mi experiencia de una campaña electoral por la presidencia... Yo no tendré rencores ni amarguras, si no que me integraré en cuerpo y alma, porque lo importante es que el Equipo gane..."
Eso me trajo a la mente de inmediato las imágenes de nuestros políticos, de todos los partidos, incluyendo el mío, que no saben perder. De antemano ellos están ganados, y si por alguna casualidad eso no resulta así, es porque les han hecho trampa y prefieren "hacer coca", aunque a su partido se lo lleve el...Se cuentan con los dedos de una mano, y sobran dedos, los casos de correligionarios dominicanos que han dado, de antemano, como posible la victoria de su contrincante interno. Y muy pocos son los que han reconocido la derrota con gallardía, una vez pasado el proceso intrapartidario.
Lo normal entre nosotros es que todo el mundo tenga 80% de la preferencia de los posibles votantes, y solo se puede cambiar esa tendencia con la compra de votos, la compra de conciencia, el fraude interno, externo e internacional, por la supremacía del dinero sobre la vergüenza.
La falta de votos nunca se la achacan a lo que es una triste realidad: su falta absoluta de vergüenza.
Si, amigos, la diferencia es GRANDE.
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