J. Luis Rojas Hoy
Las organizaciones son estructuras ordenadas y sistemas administrativos,
que se rigen por políticas, procesos, normas y procedimientos. Además, se crean
para lograr, de manera colectiva, una determinada misión, visión, ejes,
objetivos y estrategias.
Para ello, requieren recursos materiales e inmateriales. Por ejemplo:
talento humano, financieros, tecnológicos, infraestructuras físicas, equipos,
colaboración e interacción, entre otros. En pocas palabras, las organizaciones
son entidades en las que coexisten e interactúan personas con diversos roles,
tareas y responsabilidades.
Según lo planteado por la teoría general de sistemas (TGS), las
organizaciones, incluidos los Estados, las empresas y las instituciones,
deberían funcionar a partir de los principios que sustentan el funcionamiento
de los sistemas abiertos.
Entiéndase, que para interactuar satisfactoriamente con cada uno de los
entornos que les rodean, necesitan crear y mantener subsistemas eficaces,
interconectados y enfocados, para alcanzar los objetivos y metas compartidos.
En el ámbito de la gestión sistémica, las decisiones, actuaciones y opiniones
no pueden verse ni concretarse de forma aislada, sino que tienen que realizarse
como parte de un todo.
“Un sistema se define como una entidad con límites y con partes
interrelacionadas e interdependientes, cuya suma es mayor a la suma de sus
partes. El cambio de una parte del sistema afecta a las demás y, con esto, al
sistema completo, generando patrones predecibles de comportamiento.
El crecimiento positivo y la adaptación de un sistema dependen de cómo
se ajuste este a su entorno. Además, a menudo los sistemas existen para cumplir
un propósito común (una función) que también contribuye al mantenimiento del
sistema y a evitar sus fallos”. (Artículo: Teoría de sistemas, Wikipedia,
2021).
A juzgar por las consecuencias derivadas de malas prácticas
administrativas protagonizadas por un número importante de funcionarios
públicos, no es un delito pensar y decir que muchos de ellos ignoran lo más
elemental de la gestión sistémica gubernamental.
Sin duda, la actuación negativa de 14 funcionarios públicos durante los
últimos 14 meses, constituye un ejemplo fehaciente de que los principios de la
teoría general de sistemas (TGS), todavía no se aplican en la mayoría de los
subsistemas que integran la gestión gubernamental actual. Cuando los
directivos, ejecutivos, gerentes y demás colaboradores conocen los atributos de
la gestión sistémica, ésta se convierte en una herramienta de alto valor
agregado para lograr el éxito de los sistemas: Estados, empresas,
instituciones, etcétera.
Violar consciente o inconscientemente los límites de los sistemas, trae
consigo consecuencias graves de incertidumbre e inestabilidad, lo cual pone en
alto riesgo la estructura y operatividad de los sistemas. Todo cuanto hagan o
dejen de hacer los ministros, viceministros, directores y subdirectores
generales, así como cualquier otro funcionario de menor jerarquía, favorece o
perjudica los intangibles de la administración que preside Luis Abinader.
Parecería que los colaboradores del presidente no entienden o no quieren
poner en práctica las señales de ética, transparencia y de decencia que de
manera continua manifiesta el jefe de la administración del Estado dominicano,
señor Luis Rodolfo Abinader Corona.
El Estado dominicano es un sistema social y democrático de derecho, cuya
administración está a cargo de un gobierno elegido democráticamente cada cuatro
años, por voluntad propia de los ciudadanos. Los poderes Ejecutivo, Legislativo
y Judicial, así como las demás instituciones centralizadas, descentralizadas y
autónomas, deciden y actúan como subsistemas interdependientes, pretendiendo
con ello el logro de la función esencial del Estado: “…protección efectiva de
los derechos de la persona, el respeto de su dignidad y la obtención de los
medios que le permitan perfeccionarse de forma igualitaria, equitativa y
progresiva, dentro de un marco de libertad individual y de justicia social,
compatibles con el orden público , el bienestar general y los derechos de todos
y todas”. (Artículo 8, Constitución Dominicana, 2010).
Desde la lógica de la gestión sistémica, se supone que cada uno de los
funcionarios públicos, elegidos para que ayuden al presidente Luis Abinader a
administrar con eficiencia, eficacia, transparencia y justicia los recursos del
Estado dominicano, deberían conocer su rol y responsabilidad al frente de un
determinado subsistema, el que a su vez pudiese estar añadiendo o quitando
valor al desempeño del sistema general del que forma parte.
La falta de calidad, sentido común y de pertinencia en las decisiones y
actuaciones de algunos colaboradores del presidente Abinader, evidencian la
fatal ignorancia de éstos en torno a la aplicación correcta de la teoría
general de sistemas.
Por circunstancias coyunturales de diferentes índoles, los funcionarios
públicos que acompaña al presidente Luis Abinader en la administración del
Estado dominicano, deberían pensar menos en sus intereses personales y
grupales, ya que cada vez que toman una decisión, hacen o expresan cualquier
asunto o situación en el ámbito gubernamental, terminan impactado negativamente
la reputación, la credibilidad, la confianza, el capital relacional y la imagen
pública del gobierno que conduce Luis Abinader.
¿Cómo podrían los funcionarios altos , medios y bajos del presente
gobierno ayudar al primer mandatario, Luis Abinader, a realizar una gestión
gubernamental ética, transparente, decente y sin tantos ruidos provenientes de
malas prácticas? La respuesta sería entender y asumir que ellos son un eslabón
de una larga y compleja cadena, llamada Estado dominicano.
Además, haciendo lo correcto siempre en todo momento y lugar, no romper
los límites establecidos en los subsistemas gubernamentales, usar más el
sentido común, agregar valor a los esfuerzos que realiza el presidente por
adecentar las instituciones públicas, invertir menos dinero y energía en
visibilizar logros no alcanzados.
¿Por qué se les ha hecho tan difícil a muchos funcionarios y servidores
públicos del presente gobierno, entender que como parte de un subsistema, sus
decisiones, actuaciones y opiniones, pueden afectar o favorecer la calidad de
las operaciones, la reputación, la credibilidad, la confianza y la imagen
pública del sistema completo. Es decir, del gobierno que administra los recursos
del Estado dominicano, liderado por el presidente Luis Abinader?
Ojalá sea más pronto que tarde, que los colaboradores del presidente
Luis Abinader, entiendan que todo cuanto ellos hagan o dejen de hacer, incide
de forma directa o indirecta en las percepciones, actitudes y opiniones de los
ciudadanos, con respecto a la reputación, la credibilidad, la confianza y la
imagen pública del gobierno que ha sido elegido por la mayoría de los
dominicanos para que gestione con eficiencia, eficacia y pertinencia los
recursos de públicos del Estado dominicano.