José Gómez Cerda
La Ordenanza Departamental 33-2019 del Ministerio de
Educación, ha despertado muchas
interrogantes, en una instancia que no ha podido implementar lo que establece
la ley 87-01 sobre la obligatoriedad de las enseñanzas de la seguridad social,
con calificaciones bajas en las pruebas
escolares y la vergüenza en el programa PISA donde ocupamos el último
lugar.
Siempre se nos enseñó que el
sexo es una característica biológica que nos identifica a las personas
como hombres o mujeres. Esta diferencia nos permite participar en la reproducción
de los seres humanos.
Que los cuerpos de los
hombres y de las mujeres son diferentes, la muestra más notable está en los
órganos sexuales externos, porque las mujeres tienen vulva y los hombres, pene
y testículos. En el momento en que nace un ser humano, al observar sus órganos
sexuales externos, se sabe que es un niño o una niña.
Ahora para realizar “un
proceso de desconstrucción de los estereotipos de género que permean la
sociedad en todos los niveles y estratos, de lo cual no escapa el sistema
educativo y sus diferentes actores”, es necesario aplicar la ideología de
género.
La ideología de género
defiende que las diferencias entre el hombre y la mujer, a pesar de las obvias
diferencias anatómicas, no corresponden a una naturaleza fija, sino que son
unas construcciones meramente culturales y convencionales, hechas según los roles
y estereotipos que cada sociedad asigna a los sexos.
Los hombres y mujeres,
homosexuales, lesbianas o neutros, son hijos de Dios, personas humanas, y
merecen el respeto igualitario que todos, sin embargo, hay leyes que rigen la
sociedad, normas y leyes que deben ser cumplidos por todos.
Lo que se llamaba sexo, ahora es género; significa
que existen varones, hembras y neutros, y algo más.
Las violaciones,
especialmente a niñas y niños es repudiable, aunque lo hagan religiosos, es inaceptable,
como lo es también los feminicidios, estas cosas deben ser rechazadas, sin
ninguna contemplación.
Los matrimonios son entre
hombres y mujeres, cualquier vinculación entre personas del mismo sexo, se
pueden llamar como quieran, y tienen derechos, pero nunca será MATRIMONIO.
Escuchar a un hombre decir, ¡Este es mi marido!, es simplemente reprochable.
Estos conceptos han sido
adoptados por los organismos internacionales de las Naciones Unidos, y muchos
países ricos también, aunque paradójicamente
China y Rusia consideran que la educación de los
menores debe ser responsabilidad de las familias.
El problema fundamental
ahora es tener una política y metodología para controlar el aumento de la
población, reducir o controlar el ritmo de crecimientos de los hijos, pero
también controlar la edad de las personas.
La Directora del Fondo
Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, ha dicho; “Los ancianos viven
demasiado y eso es un riesgo para la economía global. Tenemos que hacer algo,
¡y ya!”
Hay países donde este tema
es parte de su agenda, como es el caso
de los Estados Unidos, que lo hace por medio de la USAID, aunque el
presidente Trump ha reducido sus ayudas para este tema.