La comerciante de Tepito domina el arte de los albures, frases que combinan el humor y las alusiones al sexo y a los genitales |
KARINA SUÁREZ . El Pais
Lourdes Ruiz Baltazar, mejor conocida como La Reina del
Albur en México o como La Verdolaga Enmascarada ha hecho del lenguaje su mejor
arma. Esta mujer combina su trabajo como comerciante de ropa en el barrio de
Tepito, en el corazón de la Ciudad de México, con su labor como promotora de
albures, frases que con humor y picardía hacen referencia al sexo y a los
genitales. “Las personas piensan que alburear es conjugar pocos verbos: meter,
sacar y chingar y no es cierto. Para mí el albur es un ajedrez mental, donde
los dos hemisferios del cerebro están en función”, explica.
“¿Qué talla jefa,
qué talla? ¿Qué talla joven, qué talla?, pregona todos los días Ruiz Baltazar a
los clientes del tianguis de Tepito, zona por excelencia del comercio informal,
donde el vaivén de cientos de personas se acompasa con el ritmo de fondo de
salsas y cumbias. Todos la conocen por el rumbo. En estas calles repletas de
productos con etiquetas 'made in China' y de vendedores ambulantes, La Reina
del Albur ejercitó su habilidad para el albur desde niña. Su abuela fue su
mejor maestra. Este talento innato se desarrolló aún más cuando, a los ocho
años fue diagnosticada con cáncer. La enfermedad la orilló a buscar la risa en
este juego de palabras.
El cáncer no la doblegó, por el contrario, le dio más
energía para seguir trabajando y albureando. Su talento fue reconocido en 1997,
cuando ganó un torneo de albures celebrado en la capital del país. Desde
entonces es La Reina del Albur, una distinción que en 20 años nadie le ha
podido arrebatar. “El albur se trata de penes y vaginas, pero con sinónimos, no
hay necesidad de decir groserías, la regla número uno es: no hay malas palabras
ni señas obscenas”, precisa.
Durante las últimas dos décadas, la comerciante tepiteña
ha sido la embajadora del ingenio y la creatividad mexicana. Una conquista en
un entorno que, hasta entonces, se había considerado exclusiva para los
hombres. “Vivimos en un país muy machista, donde a los machos se les ha
olvidado que macho y hombre se escribe con 'm' de mujer y que arriba, abajo,
atrás, adelante, con albur o sin albur, siempre va a estar una mujer”, señala.
Pese a las críticas que escucha de otros hombres, que señalan que las mujeres
no pueden alburear porque no tienen un pene, Ruiz Baltazar responde con
rapidez: "pero tenemos diez dedos".
En un país como México, donde ocurren más de siete
feminicidios diarios, Ruiz Baltazar asegura que el doble sentido en los labios
de una mujer es una estrategia de defensa en contra de los pensamientos machistas.
“La mujer puede contestar cualquier albur a cualquier machito que se encuentre
uno en la calle y la ofende, porque ya no son piropos, son ofensas”,
asegura. La Verdolaga Enmascarada —
sobrenombre con el que se autonombra en sus diplomados sobre el albur—
considera que la violencia contra las mujeres siempre ha existido, sin embargo,
ahora es más visible gracias a las numerosas denuncias de la sociedad civil y
de las propias víctimas.
Alburear, asegura Ruiz Baltazar, es solo cuestión de
práctica, un ejercicio constante de creatividad al alcance de todos. Con esta
premisa, La Reina del Albur ha publicado, en coautoría con Miriam Mejía, su
primer libro sobre el albur: Cada que te veo, palpito. Además, participará en
la segunda temporada de la serie Ingobernable, que se transmite en Netflix. No
obstante, más allá de los reflectores y de su popularidad, la comerciante
afirma que nunca dejará sus orígenes en Tepito, cuna del albur en la Ciudad de
México.