Por Gregorio
Moya E.
Hay demasiadas
evidencias que demuestran que hay una campaña mediática, mentirosa, malsana,
dirigida por sectores de poder en contra de Venezuela. La misma campaña
mediática con la que se justificó la invasiones a Irak, Afganistan Yugoslavia y
otros en un muy reciente pasado.
Fue una campaña
mediática la que se montó en 1963 y que terminó con el golpe de Estado a Juan
Bosch. Esa campaña mentirosa llevó a la mente de la población y fuera del país
de que Bosch era incapaz, le quitaría los hijos a los padres y los criaría el
Estado, incluso quisieron meter el tema de la corrupción y hasta de que el
presidente Bosch no quería gobernar.
Ruben Blades,
el cantautor de finales de los 70 y principios de los 80 que le cantó a los
procesos liberadores de América Latina, en una carta dirigida al Presidente
Nicolás Maduro, fechada el 20 de este mes de febrero, dice que no se suma a “a
ningún tipo de complot orquestado” con el propósito de crear mala publicidad
para gobierno alguno”. No obstante, utiliza los mismo argumentos de la conjura
contra Venezuela.
Veamos. Blades
dice que “hoy Venezuela no es una Nación unida: es un país cuya población está
polarizada políticamente, una sociedad sumida en contradicciones obvias, con un
gobierno electo por un estrecho margen, 1.49%, que no alcanzó el 51% de los
votos de alrededor de un 80% de la población votante y con un ausentismo
electoral del 20.32%.” Si Blades no se ha sumado, sus consideraciones que
podríamos llamar idenpendientes, teminan sumándose a la sarta de mentiras y
medias verdades que difunde CNN, el Listín Diario y otros medios.
Con sus
valoraciones de cálculo y estadísticas del estrecho margen, no lo lleva
considerar la legitimidad del triunfo y del gobierno que encabeza Maduro, sino
que lo pone en duda, duda que se suma a la que intentaron los derrotados en la
misma Venezuela, dudas que la han propalado para deslegitimar. No para mientes
en considerar que la legitimidad de Maduro se la da la Ley y la votación
mayoritaria.
Esa intención
de deslegitimar a Blades lo lleva a escribir que “Ese gobierno, sin embargo,
está decidido a imponer un sistema político/económico (que no califico ni
descalifico), pero que obviamente no es aceptado por la mayoría de la
población. Los planteamientos de que el gobierno quiere imponer un sistema
político/económico y que el mismo no es aceptado por la mayoría, es parte del
glosario que forma parte de una conjura mediática internacional contra el
gobierno de Venezuela.
En ese
propósito de deslegitimar el gobierno de Maduro Blades llega a la osadía de
decir que el “Presidente Maduro, no posee la mayoría representativa que
justifique lo que le está haciendo al país”. El cantante olvida, oculta, no
resalta, que la mayoría del 1.49% fue refendada en las elecciones municipales de
diciembre, en la que los candidatos del chavismo arrasaron en
Venezuela.
A ese
presidente que según Blades no representa la mayoría le contrapone lo que el
llama “una vital cantidad de personas”, esas mismas personas que perdieron del
presidente en unas elecciones libres y democráticas, y que perdieron las
elecciones locales en diciembre. Hace solo dos meses que fueron arrasados por la
votación popular en Venezuela. Si eso no es mayoría, que venga dios y lo
vea.
En su pluma
indenpendiente, Ruben Blades llama al gobierno de Venezuela a ser “más realista
y menos agresivo”, ocultando lo que ni siquiera CNN ha podido ocultar, la matriz
violenta (y por eso facista) de una oposición que no es capaz de derrotar por la
vía pacífica, legal, electoral al Partido Socialista Unificado de Venezuela que
conforma el gobierno Bolivariano que encabeza Maduro.
Así mismo, el
cantautor pone en duda la educación, cultura y formación de los chavistas cuando
dice que “debemos asumir que comprenden de lo que hablan, y que han estudiado a
quienes inicialmente convirtieron las teorías sociales de Marx y Engels, en
propuestas experimentales del socialismo y el comunismo, particularmente en
Rusia, tras la revolución bolchevique de 1917. En la campaá electoral, la
llamada oposición no solo puso en duda la formación y educación del presidente,
sino que mostraron su elitismo al objetar que un trabajador pudiera dirigir el
Estado.
Se despacha
Blades planteando que “No creo que es a través de la represión, la censura, o el
recurso demagógico que se produce la respuesta racional a una condición objetiva
inobjetable. Tal actitud solo provocaría más violencia, que generaría la
posibilidad de una ingobernabilidad, un vacío político que podría ser llenado
con un golpe militar, la única institución con la capacidad de organización y
poder coercitivo para enfrentar el caos institucional y civil
resultantes.
Puede mostrar
Blades y cualquiera de las diversas fuentes que alimentan su información pruebas
de represión o censura. No es en los mismos medios que se ha llamado hasta a
asesinar al presidente, ayer a Chavez y hoy a Maduro. Cuales son los medios
censurados. No los menciona Blades ni los puede
mencionar.
Esto no es
asunto de alma ni de intenciones conscientes o incoscientes de sumarse o no a
una conjura documentada, evidenciada. El hecho cierto es que Blades adiciona su
nombre, no argumentos, ni aportes de ningún tipo a esa campaña denunciada, que
monta fotografías de represión en España, en Chile y otros países que no
denuncia, como no la denuncian ninguno de los amigos de Venezuela. Lo que vemos
en el señor Blades, es un artista sumado al coro de artistas que en el Premio Lo
Nuestro se solidarizaban con la oposición Venezolana, que ante la repulsa del
pueblo en cerca de 20 elecciones se van por el expediente golpista.