Es hija de Alejandra Martos y Álvaro de Arenzana y ha vivido varios años en México debido al trabajo de su progenitor. Ahora estudia Psicología en España.
POR NURIA HERNÁNDEZ Vanity
Fair
La joven cumplió 20 años el pasado 11 de agosto y es la mayor de los
ocho nietos del intérprete de Mi gran noche. Es la primogénita de Alejandra
Martos, hija mediana de Raphael y Natalia Figueroa, y del que fuera su marido,
Álvaro de Arenzena, hijo de los condes de Fuente Nueva. El matrimonio anunciaba
su separación en septiembre de 2020 después de casi dos décadas casados y dos
hijos en común (Manuela y Carlos, de 17 años. Alejandra y Álvaro se habían
casado en julio de 2001 en una carpa instalada en el jardín de la casa de los
padres de ella, a la que llaman ‘Los Martos’, ubicada en la lujosa urbanización
Montepríncipe, en Boadilla del Monte.
Como testigos por parte de la novia firmaron sus hermanos, Jacobo y
Manuel Martos, y su primo Gonzalo Chávarri, entre otros. Alejandra Martos
eligió para el día más especial de su vida un diseño de Roberto Torretta, de
líneas sencillas y escote barco en raso crudo, y adornó su cabello con una
corona de flores blancas y azules, a juego con el ramo. A la boda asistieron
personalidades de la política, del espectáculo y de la alta sociedad, como el
entonces presidente del Gobierno José María Aznar junto a su mujer Ana Botella,
el expresidente de Castilla La Mancha, José Bono, o al que fue alcalde de
Madrid, José Álvarez del Manzano. Tampoco faltaron los compañeros de profesión
de Raphael, como Rocío Jurado, Carmen Sevilla, Rocío Dúrcal o Alaska y Mario
Vaquerizo. Marta Chávarri, sobrina de Natalia Figueroa, también estuvo en la
boda junto a Blanca Suelves, al igual que Fernando Martínez de Irujo.
Manuela llegaba al mundo dos años más tarde y tan solo cuatro meses
después de que su abuelo hubiera pasado por quirófano para ser sometido a un
trasplante de hígado que le mantuvo un tiempo retirado de los escenarios. Sin
duda, la llegada de la primera nieta fue un rayo de felicidad para toda la
familia después de unos meses complicados por la enfermedad hepática del
artista. La niña se crio de manera muy discreta en Madrid. La hija de Raphael
siempre ha querido mantenerse alejada de los focos y ha dedicado su vida al
mundo del arte como restauradora (aunque de niña soñaba con ser bailarina
clásica).
Un año después del nacimiento de Manuela, Alejandra comenzó a trabajar
en el departamento de restauración de obras en el Museo Thyssen-Bornemisza y ha
llevado a cabo varios estudios e investigaciones para conocer a fondo las obras
del museo de Carmen Cervera. Cuando Manuela tomó la Comunión en mayo de 2013,
una celebración que también se hizo en el jardín de la casa de sus abuelos
maternos, su abuelo no pudo asistir ya que se encontraba en Estados Unidos para
realizar un gran concierto en Dallas. Sin embargo, la pequeña sí contó con el
resto de su familia, sus tíos Manuel y Jacobo y sus primos, que disfrutaron de
su gran día con una merienda.
Experiencia internacional
El padre de Manuela es licenciado en Marketing y Gestión Empresarial por
la escuela de negocios ESEM y más adelante completó su formación con un master
en Finanzas en el CEF (Centro de Estudios Financieros) y en 2019 llevaba a cabo
un MBA en The Power MBA que concluía con una calificación de sobresaliente. De
Arenzana ha sido director de servicios interactivos en Infinitto Networks,
manager de marketing en el Mutua Madrid Open y gerente en IMADE, entre otros
cargos. En mayo de 2013 fichaba como global content project manager de
Telefónica Digital donde, entre otros proyectos, puso en marcha diferentes
iniciativas audiovisuales en Latinoamérica. En 2016 se convertía en
vicepresidente ejecutivo del Grupo Vidanta, compañía dedicada a desarrollar
servicios turísticos, y toda la familia ponía rumbo a México para iniciar una
nueva etapa vital.
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