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13 de diciembre de 2023

Los tres casos donde la doctrina del 'shock' en América Latina apostó al éxito y perdió la partida

 Nathali Gómez        -        Actualidad RT


El nuevo presidente argentino justificó la necesidad imperiosa de realizar duros ajustes económicos argumentando los supuestos buenos resultados de las políticas neoliberales previas en la región.

Presidente de Argentina, Javier Milei, desde la Casa Rosada, el 10 de diciembre de 2023.Tomas Cuesta / Gettyimages.ru

Hace más de tres décadas, los discursos de varios presidentes de América Latina a su llegada al poder iban por el mismo derrotero: la necesidad irremediable de un doloroso y fulminante ajuste para evitar la caída por el despeñadero económico y fiscal. Sin embargo, la historia demostró que esas maniobras neoliberales solo aceleraron el descenso al abismo de la violencia y la pobreza.

Hoy, 30 años después, el recién posesionado mandatario argentino Javier Milei, en líneas generales, ha dicho lo mismo. En su primer mensaje como presidente en el cargo expresó que no habrá 'paños calientes' y que el dolor será preferible a la "sensiblera del progresismo".

Milei planteó atravesar una senda de oscuridad para los argentinos que, en sus palabras, conducirá a esa nación a una situación que comenzará a mejorar hasta llegar a ver la "luz al final del camino".

Sin alternativa

El fundador de La Libertad Avanza manifestó que "no hay alternativa posible al ajuste" y que no hay "lugar a la discusión entre 'shock' y gradualismo", porque considera que "desde el punto de vista empírico todos los programas gradualistas terminaron mal, mientras que todos los de 'shock', salvo el de 1959 [durante el Gobierno desarrollista de Arturo Frondizi], fueron exitosos".

"La conclusión es que no hay alternativa al ajuste y no hay alternativa al 'shock'", lo que –advirtió– tendrá un impacto "negativo". Además pronosticó una estanflación como "el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina".

¿Qué es la terapia de choque?

El término de 'terapia de choque' es atribuido al economista estadounidense Jeffrey Sachs, arquitecto del plan para acabar con la hiperinflación en Bolivia, en 1985. Sin embargo, esta misma práctica ya había sido usada por el monetarista estadounidense Milton Friedman, en Chile, luego del golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende, en 1973.

Según Friedman, "solo una crisis –real o percibida– da lugar a un cambio verdadero" y, cuando esto ocurre, las acciones deben tomarse rápidamente, de golpe y de forma irreversible para provocar reacciones psicológicas que "facilitarían el proceso de ajuste", recoge la periodista canadiense Naomi Klein en su libro 'La doctrina del shock'.

En ese trabajo, publicado en 2007, Klein se refiere varios casos en el mundo y en la región –entre los que se encuentran Argentina, Bolivia y Chile– de Gobiernos que pretendieron frenar la hiperinflación "con la aplicación de las medidas duras y drásticas correctas".

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